Bogotá hace 40 años enfrentó un racionamiento de agua ¿Cómo fue?
Galán advirtió que el ahorro de agua hasta ahora no ha sido suficiente y es necesario un cambio en los hábitos de consumo de los habitantes de Bogotá.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha anunciado que el próximo lunes se definirán las áreas de la ciudad que serán sometidas a racionamiento de agua. Esta medida responde a la preocupante situación de los embalses, que han alcanzado su nivel más bajo en los últimos 40 años.
"Los embalses están enfrentando una situación crítica. A pesar de las expectativas de mejora desde marzo, la situación ha empeorado. Es especialmente preocupante el caso del embalse de Chuza, que se encuentra en su nivel más bajo desde 1984. Según las proyecciones, la situación podría empeorar en 2025. Por tanto, se implementarán medidas de restricción en el suministro de agua en algunas áreas de Bogotá, con un enfoque por horas. Los detalles se darán a conocer el próximo lunes", declaró Galán.
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Según el alcalde, el fenómeno de El Niño, que alcanzó su máxima intensidad en enero, es el principal responsable de esta situación. "Para que los embalses recuperen un nivel suficiente, necesitaríamos seis meses de lluvias continuas", añadió.
Galán advirtió que el ahorro de agua hasta ahora no ha sido suficiente y es necesario un cambio en los hábitos de consumo de los habitantes de Bogotá. Además, señaló que la alerta en el embalse de Chingaza, también conocido como embalse de Chuza, lleva más de una semana. "Llevamos ocho días en alerta roja en el embalse de Chingaza, pero parece que la ciudad aún no ha tomado conciencia de la gravedad de la situación. Por ello, se implementarán horarios de restricción en algunas zonas", afirmó.
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Por otro lado, según la página del Acueducto de Bogotá, en enero de 1984 se cerró el túnel Palacio-Rioblanco, una acción que afectó significativamente el suministro de agua proveniente del sistema Chingaza, el cual abastece aproximadamente el 70% del agua consumida en la ciudad. Este cierre coincidió con una de las peores sequías registradas en el país en las últimas dos décadas hasta ese momento.
La situación se agravó aún más con un descenso del 71% en el nivel de los embalses debido al intenso verano, lo que obligó a Bogotá a implementar un drástico racionamiento de agua.
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El Acueducto de Bogotá mencionó que en abril de ese año, ante la falta de lluvias, las autoridades exploraron la posibilidad de inducir artificialmente la lluvia sobre los embalses del norte de la capital mediante el "bombardeo" o "siembra" de nubes. Esta técnica implica el uso de anhídrido carbónico o hielo seco para enfriar las nubes y condensar el vapor de agua, generando así precipitaciones.