Incendios forestales: ¿La lluvia daña más la calidad del aire?

Los colombianos anhelan la llegada de lluvias en el país. Luego de seis días de haberse registrado el primer incendio en la capital, siguen sin ser apagados del todo, lo que genera preocupación entre los ciudadanos. 

El Fenómeno del Niño, ha provocado, según el Ideam, que este mes de enero sea el más caliente de los últimos 30 años. Es por eso que se está a la expectativa del regreso de las lluvias, que de acuerdo a la entidad volverían hasta marzo. 

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Sin embargo, hay quienes se preguntan si la lluvia puede empeorar la calidad del aire, pues en la capital ya hay varias zonas declaradas en alerta roja por la emergencia ambiental. 

¿La lluvia daña la calidad del aire?

Según ChatGPT, la relación entre la lluvia y la calidad del aire es un tema de interés creciente en el ámbito medioambiental. Si bien la percepción común sugiere que la lluvia puede limpiar el aire y reducir la contaminación, la realidad es más compleja.

Expertos en calidad del aire señalan que, si bien la lluvia puede ayudar a eliminar algunos contaminantes del aire, como el polvo y las partículas en suspensión, también puede tener efectos negativos. 

Durante la lluvia, las gotas de agua pueden absorber contaminantes atmosféricos, como gases y partículas, y arrastrarlos al suelo. Esto puede dar lugar a la deposición de contaminantes en el suelo y en fuentes de agua, lo que potencialmente puede afectar la calidad del agua y el aire. 

Además, la lluvia puede contribuir a la formación de ozono troposférico, un contaminante atmosférico dañino para la salud humana. La interacción entre la lluvia y los compuestos químicos presentes en la atmósfera puede generar radicales libres que, a su vez, pueden desencadenar reacciones químicas que producen ozono.

Es importante destacar que la influencia de la lluvia en la calidad del aire puede variar según diferentes factores, como la intensidad y duración de la lluvia, así como la composición química de la atmósfera en un área determinada.

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No obstante, la Secretaría de Ambiente asegura que la lluvia ayuda a dispersar el material particulado que está en el aire. 

Incluso, el año anterior la entidad mencionó que las lluvias que se registraron en medio de la crisis ambiental que se vivía en el mes de febrero,  “contribuyeron al mejoramiento de las condiciones de calidad del aire, las cuales también se vieron favorecidas por el cambio en variables meteorológicas como la dirección y velocidad del viento, que en general redujeron el transporte regional de contaminantes”.