Chapecoense: así es el libro de Yaneth Molina, la controladora aérea de la tragedia

A un año de la tragedia de Chapecoense, la controladora del vuelo, Yaneth Molina, y su esposo, Carlos Acosta, plasmaron en un libro el drama que vivieron junto a sus dos hijos, de 14 y 19 años de edad, a raíz del accidente. Según dijo en RCN Radio, la mujer fue amenazada y no quería que su familia saliera de la casa.

Uno de los momentos más difíciles, aseveró, fue regresar a la torre de control en el aeropuerto de Rionegro, justo en el turno de la noche, un mes y medio después del siniestro. Estuvo en tratamiento psiquiátrico. Lloraba día y noche, recordando los últimos minutos del vuelo 2933 de Lamia. También aseguró que la filtración de la conversación de la torre de control y el piloto Miguel Quiroga desató una ola de críticas e intimidaciones en redes sociales, que los obligó a cambiarse de casa.

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En aquella conversación, Miguel Alejandro Quiroga Murakami, piloto del avión de la compañía Lamia de matrícula boliviana en el que viajaba el club brasileño Chapecoense, reportó a la torre de control del aeropuerto de Medellín una “falla eléctrica total” y una escasez de combustible antes de estrellarse. “Señorita, Lamia 933 está en falla total, falla eléctrica total, sin combustible”, afirmó Quiroga Murakami al identificarse como el piloto de la aeronave accidentada.

Enseguida la torre de control, quien en realidad se trataba de Yaneth Molina, le dijo que tenía “pista libre”, según la grabación. En principio, Yaneth Molina y el piloto del avión de matrícula boliviana CP2933 de la empresa Lamia sostuvieron una conversión normal sobre las condiciones de vuelo y se evidenció, sin prisa y con tranquilidad, “un problema de combustible“.

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"Lamentablemente, por causa de mis colegas periodistas, he conseguido que personas ignorantes y ajenas a este oficio y sobre todo que ignoran los procedimientos amenacen mi integridad física y mi tranquilidad personal”, afirmó Yaneth Molina.

“Puedo aceptar con absoluta certeza que de mi parte hice lo humanamente posible y lo técnicamente obligatorio para conservarle la vida a esos usuarios del transporte aéreo”, afirmó la controladora. En la grabación, se escucha cómo el piloto solicitó “prioridad para aterrizar” y la operadora buscó allanarle el camino alejando a tres aeronaves en la zona: dos de Avianca y una de Viva Colombia. La última frase de Molina con el avión accidentado fue: “Lima-Mike-India 2933, ¿posición?”. Luego, silencio.

En 120 páginas, “Yo también sobreviví” cuenta la experiencia y las enseñanzas que dejó el siniestro a la familia Acosta Molina. El libro será presentado el próximo viernes en la Academia Antioqueña de Aviación (AAA).

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La tragedia aérea dejó 71 personas muertas entre los 77 ocupantes del avión de la empresa Lamia que transportaba a los jugadores y dirigentes del club Chapecoense, así como a periodistas, rumbo a la ciudad de Medellín, en donde el club brasileño disputaría la final de la Copa Sudamericana con Atlético Nacional. El avión se estrelló contra un cerro pocos kilómetros antes de aterrizar en Medellín en un accidente del que sólo sobrevivieron seis personas de diferentes nacionalidades, entre los cuales tres futbolistas del Chapecoense.