Aislamiento preventivo redujo ruido sísmico en Bucaramanga, según estudio
El bajo flujo de gente y vehículos causó una redución en las vibraciones en la superficie terrestre.
Dentro de las múltiples consecuencias que ha generado el aislamiento preventivo en el área metropolitana de Bucaramanga se encuentra una disminución del ruido sísmico.
Carlos Fernando Lozano, profesor de la Universidad de Santander (Udes) y director del Observatorio Sismológico, explicó que la alta reducción de personas y especialmente de vehículos llevó a calcular que se han reducido las vibraciones en la superficie terrestre.
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El ruido sísmico, según explicó el experto, está atribuido a la actividad humana, la cual se ha reducido por el aislamiento por la COVID–19.
Esta reducción es valiosa porque permite tener un amplio rango en la detección de eventos sísmicos de baja magnitud, precisó el académico.
Agregó, por ejemplo, que en los últimos días se han podido captar registros de sismos generados en fuentes sismogénicas superficiales y otros originados en el denominado ‘Nido sísmico de Bucaramanga’ con una intensidad de 3 grados.
El estudio del Observatorio Sismológico, que coordinan la Udes y la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb), estableció como primera fecha de referencia la semana del 16 al 20 de marzo, y justo el 21 de marzo, cuando empezó el aislamiento preventivo, se detectó la disminución significativa de las vibraciones.
“Justo un día después de comenzar el simulacro de aislamiento, los ruidos disminuyeron su amplitud en forma considerable y se han mantenido bajos durante el periodo de confinamiento”, explicó.
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Los niveles de ruido sísmico se han reducido del 40 al 60 por ciento, según el registro de dos de las estaciones de monitoreo con las que cuenta el observatorio.
Lozano explicó que este fenómeno es similar al que se presenta cuando se intenta hablar en ambientes en los que hay sonidos demasiados altos, hecho que impide mantener una conversación.