CAR lanzó nueva alerta por bajos niveles de agua en los embalses del sistema Chingaza

La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) advirtió una preocupante disminución en los niveles de los embalses que abastecen de agua a Bogotá y la región.

Según los más recientes reportes, el sistema de Chingaza, que es clave para el suministro de la capital, registra un nivel promedio del 46,67 %. El embalse de Chuza, en particular, cayó al 38 %, lo que genera gran inquietud entre las autoridades.  

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Por otro lado, el embalse de San Rafael se mantiene en un 74,87 %, pero el agregado Norte, que incluye los embalses de Neusa, Sisga y Tominé, ya está en un 54,49 %, con Tominé alcanzando un nivel crítico del 48,37 %.

Esta situación llevó a la CAR a explorar alternativas para garantizar el suministro, incluyendo la posibilidad de liberar más recursos del agregado Norte para abastecer la demanda de la ciudad.  

El director de la CAR, Alfred Ballesteros, destacó que el embalse de Tominé podría ser clave debido a su capacidad, permitiendo liberar 1,5 metros cúbicos adicionales de agua para el Acueducto de Bogotá.

Sin embargo, esta medida debe ser evaluada en conjunto con la Alcaldía de Bogotá y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá.  

La situación se agrava por el incumplimiento de los pronósticos climáticos. Aunque inicialmente se preveía una temporada de lluvias por el fenómeno de La Niña, actualmente se enfrentan condiciones de tiempo seco para enero y febrero.

“La falta de pronósticos confiables dificulta la planificación a mediano y largo plazo, lo que afecta la capacidad de respuesta de las autoridades ambientales y las empresas de servicios públicos”, señaló Ballesteros.  

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En este contexto, la CAR hace un llamado urgente a los ciudadanos que regresan a la ciudad tras las vacaciones a ser responsables con el uso del agua. Se insiste en mantener un ahorro permanente para enfrentar esta situación crítica.  

Finalmente, la Corporación recordó que el cuidado del recurso hídrico es una responsabilidad compartida y que las pequeñas acciones, como reducir el consumo en actividades domésticas, pueden marcar la diferencia en tiempos de escasez.