Comerciantes reportan agotamiento de prendas amarillas a pocas horas del Año Nuevo
Quienes deseen ser partícipes de esta tradición podrán encontrar prendas desde los $3.000.
En el corazón de Bogotá, el sector de San Victorino vuelve a ser, como cada diciembre, el epicentro de una de las tradiciones más representativas de fin de año en Colombia: la compra de ropa interior amarilla para atraer la buena suerte en el Año Nuevo. A pocas horas de la llegada del 1 de enero, los comerciantes reportan un balance positivo en sus ventas y destacan que las últimas unidades están siendo rematadas con atractivos descuentos.
Liliana Rodríguez, una de las vendedoras con más experiencia en esta temporada, explicó que la demanda ha sido constante desde los días previos a Navidad. Según cuenta, la mayoría de los compradores mantienen la creencia de que usar ropa interior amarilla en la noche del 31 de diciembre asegura prosperidad, amor y buena fortuna en el año que comienza.
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En los puestos de venta aún se pueden encontrar prendas como bóxers y cacheteros, las cuales se ofrecen tanto de manera individual como en paquetes familiares. Los descuentos son el principal atractivo para quienes se acercan en el último momento, con precios que oscilan entre los 4.000 pesos por unidad y 45.000 pesos por docena.
Por su parte, Sebastián Estupiñán, gerente de ventas de uno de los centros comerciales del sector, confirmó que la temporada de fin de año siempre representa un pico importante en la actividad comercial de San Victorino. Destacó que las ventas han superado las expectativas y que los comerciantes están aprovechando estos últimos días para liquidar el inventario restante.
Estupiñán también señaló que aunque la temporada navideña culmina con el Año Nuevo, enero trae consigo una nueva fase de descuentos. Durante las primeras semanas del año, los compradores podrán encontrar promociones de hasta el 50% en varios productos, lo que representa una oportunidad adicional para quienes deseen abastecerse o aprovechar los saldos de la temporada.
San Victorino, conocido por su dinamismo comercial, no solo es un punto clave para las compras de fin de año, sino también un reflejo de las tradiciones culturales que permanecen vigentes en el país. La ropa interior amarilla, más allá de ser un simple artículo de venta, representa para muchos colombianos la esperanza de un nuevo comienzo lleno de oportunidades y bienestar.
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Mientras el año llega a su fin, este concurrido sector del centro de Bogotá sigue vibrando con el bullicio de compradores y vendedores que, entre risas y afán, mantienen viva una de las costumbres más coloridas y simbólicas del país.