Duro jalón de orejas del ICBF por evento de camisetas mojadas en San Gil
Karen Abudinen les recordó a los alcaldes, gobernadores y a la Policía Nacional sus funciones encaminadas a proteger a los menores de edad.
El escándalo desatado por el video del evento de camisetas mojadas en San Gil (Santander), que incluyó la participación de varias menores de edad, apunta a crecer con el paso de las horas por cuenta de la intervención ahora del Gobierno Nacional.
Tras conocerse que el establecimiento Pozo Azul en el que se dieron los hechos pertenece a la alcaldía de San Gil, la directora del ICBF, Karen Abudinen, dijo que los padres, cuidadores, adultos y en general toda la sociedad, pero sobre todo autoridades locales y de policía “están en la obligación permanente de proteger a nuestros niños, niñas y adolescentes”.
Insistió en que casos como el de Santander no pueden presentarse de nuevo. En 2015, el país se escandalizó por el concurso de Miss Tanguita, un concurso que incluía desfile en vestido de baño de varias menores de edad y que se hacía en Barbosa (Santander).
Una vez conocido el caso de San Gil, varios profesionales del ICBF están acompañando a las autoridades locales y a la familia de la menor de edad para identificar la problemática y activar las rutas necesarias para la verificación de derechos y la correspondiente intervención psicosocial.
“Reitero mi llamado a todo el país y en especial a alcaldías, gobernaciones y Policía Nacional en la necesidad impostergable y permanente de mantener a nuestros niños alejados de lugares, actividades y eventos que los pongan en riesgo de cualquier forma”, recalcó la directora del ICBF.La familia de la menor reveló este jueves que debido a ese polémico video que rodó por todas las redes sociales la niña está en depresión y crisis porque siente que hay personas que se han encargado de dañar su imagen.
En ese sentido, la madre de la menor, Lina María Durán, anunció que demandará a los encargados del evento de camisetas mojadas por los daños emocionales causados a su hija.
La alcaldía de San Gil se ha defendido indicando que no otorgó ningún permiso para este evento, pese a que ese sector es propiedad de la administración y comúnmente va mucha gente al establecimiento.