El cielo es el límite: la inspiradora historia de los jóvenes que representaron a Colombia en la Nasa
En el marco del programa Héroes Mazda, por primera vez un colegio colombiano representó al país en la competencia HERC de simulación de exploraciones lunares.
En el marco del programa Héroes Mazda, por primera vez un colegio colombiano representó al país en la competencia HERC (Human Exploration Rover Challenge) de simulación de exploraciones lunares, en la sede principal de la NASA, en Huntsville-Alabama.
El equipo conformado por 11 alumnos de la institución Educativa Preludio, de Bogotá, se dio a la tarea de construir un vehículo propulsado por fuerza humana, simulando los Rovers que exploran las superficies de la Luna y Marte, alineado a la innovación y la ciencia aplicada a la exploración espacial.
Preludio, bajo la dirección de Ángela Andrade, trabaja con jóvenes en el desarrollo de habilidades prácticas a través de proyectos educativos extracurriculares. La fundadora explicó que el programa busca enfrentar grandes retos junto con los estudiantes. “Creemos que todos estamos en proceso de formación, tanto adultos como jóvenes, y que el aprendizaje se da al asumir desafíos juntos”, afirmó Andrade en entrevista con La FM.
El proceso hacia la NASA
Para participar en el proyecto, los estudiantes debieron sortear múltiples obstáculos, desde la construcción del vehículo hasta la logística de transporte hacia Estados Unidos.
Un elemento clave fue la colaboración con empresas. Según Andrade, una de las etapas más complejas fue conseguir respaldo “Organizamos una reunión con las familias de los estudiantes para identificar contactos potenciales en empresas grandes. Uno de los padres nos conectó con la presidente de Mazda Colombia, quien no dudó en apoyarnos con el envío del Rover; sin embargo, el camino no estuvo exento de contratiempos.
Días antes de enviar el rover, se informó al equipo de las instalaciones de la NASA en Huntsville que debían desarmar el vehículo, que pesa unos 100 kilogramos, para facilitar el transporte “Nos tocó coger una sierra eléctrica, partir el carro por la mitad e inventarnos un sistema que pudiera volverse a ensamblar cuando ya estuviéramos en Estados Unidos”.
Una vez en Huntsville, los estudiantes ensamblaron nuevamente el rover y realizaron pruebas finales antes de la competencia.
La experiencia en Huntsville
El evento, que reunió a equipos de diferentes países como Turquía, India, Perú y Estados Unidos, fomentó un ambiente colaborativo. Los participantes debían superar una serie de obstáculos simulando la exploración espacial. Andrade describió la emoción del momento: “Ver el rover recorriendo la pista de 800 metros fue impresionante. Fue un logro colectivo después de meses de trabajo”.
La participación colombiana marcó un hito al convertirse en la primera institución educativa del país enfocada en menores de edad que finalizó la competencia. “Históricamente, las universidades colombianas que han participado no habían logrado completar la carrera. Nuestro objetivo inicial era arrancar el vehículo, y superamos todas las expectativas”, añadió.
Impacto en los estudiantes
La experiencia dejó una huella significativa en los jóvenes, que ahora consideran carreras relacionadas con la ingeniería y la ciencia. “Ellos entendieron que instituciones como la NASA no son inalcanzables. Esto les demostró que la curiosidad y la persistencia abren puertas”, señaló Andrade.
Actualmente, Preludio está preparando su participación en una nueva edición del concurso de la NASA. Este año, solo 50 equipos a nivel mundial fueron seleccionados, y el equipo de Preludio será la única representación colombiana. “Estamos nuevamente en la búsqueda de patrocinadores y confiamos en que los jóvenes son una fuerza imparable”, destacó Andrade.
La historia de estos once estudiantes destaca cómo la educación experiencial puede convertirse en una herramienta poderosa para el desarrollo integral de los jóvenes, al brindarles oportunidades únicas para aplicar conocimientos en contextos reales.
Según la directora de Preludio, esta experiencia no solo les permitió aprender sobre ciencia y tecnología, sino también fortalecer habilidades clave como la comunicación, el trabajo en equipo y la resolución de problemas. Además, el proyecto reflejó la capacidad de los estudiantes para gestionar aspectos complejos, diseñar estrategias logísticas y trabajar bajo presión en un escenario internacional.