Farc piden apoyo de papa Francisco frente a amenaza paramilitar a proceso de paz
La petición está consignada en una carta que firmó el jefe máximo de esta guerrilla, 'Timochenko'.
El jefe máximo de las Farc, Timoleón Jiménez, pidió en una carta pública al papa Francisco su apoyo al tramo final del proceso de paz en Colombia frente a la amenaza de los grupos paramilitares, que según el líder guerrillero podrían "echar a pique" los diálogos.
En una misiva enviada desde La Habana, sede de las negociaciones de paz, Jiménez alertó al jefe de la Iglesia católica sobre el peligro que encarnan los paramilitares para la culminación exitosa de las conversaciones que buscan acabar con medio siglo de enfrentamiento armado en Colombia.
"Aparecen, sin embargo, serios peligros de tormenta en el horizonte, que amenazan con echar a pique tan grandioso esfuerzo de todos los colombianos", dijo Jiménez, también conocido como 'Timochenko'.
El líder de la guerrilla precisó que "organizaciones paramilitares" desataron una "ofensiva criminal" contra las negociaciones de paz iniciadas en noviembre de 2012.
"Su acción nefasta coincide con la confabulación emprendida por sectores políticos beneficiarios de la guerra, que agitan los ánimos y pretenden movilizar la opinión pública en contra de los acuerdos alcanzados", escribió Timochenko en una carta publicada por el portal digital de las Farc.
En ese sentido, apeló al "protagonismo" de la Iglesia y le pidió a Francisco su respaldo en la etapa definitiva de los diálogos.
"Pensamos que su Iglesia podría desplegar una tarea correspondiente en Colombia, desde la más humilde parroquia a sus más altas jerarquías: despertar en el corazón de los confundidos el respaldo a la paz y la reconciliación", confió Timochenko.
Francisco ha ejercido un "papel muy significativo", según Bogotá, en el proceso de paz en Colombia y ha pedido públicamente al Gobierno y a los rebeldes evitar el fracaso de las negociaciones.
Las Farc han advertido que la acción de los grupos paramilitares contra líderes campesinos y defensores de derechos humanos suponen la mayor amenaza para la firma de la paz.