La historia del hombre que murió protegiendo a Luis Carlos Galán
El escolta puso su pecho ante la ráfaga de disparos que acabaron la vida del candidato presidencial.
Treinta años después nadie tiene claro porqué desde la misma la dirección del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) se dio la orden de cambiar el esquema de seguridad y protección de Luis Carlos Galán Sarmiento, el hombre más amenazado de una Colombia que convulsionaba por la guerra de los carteles de la droga con el Estado.
Pese a las constantes amenazas que recibía, y al atentado que sufrió en la ciudad de Medellín a mediados de 1989, el cuerpo de escoltas del candidato presidencial fue modificado. Su hombre de confianza, Víctor Julio Cruz fue remplazado por el teniente (r) de la Policía, Jacobo Torregrosa, un agente sin experiencia y –como se comprobaría después- con antecedentes disciplinarios en la Institución.
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Pese a que Galán y su grupo familiar pidieron que se informara el motivo de tan radical cambio el DAS –comandado por el general (r) Gabriel Maza Márquez- nunca le dio una respuesta oportuna. El líder del Nuevo Liberalismo siguió con su campaña presidencial, teniendo muy poco trato con el teniente Torregrosa.
El 18 de agosto de 1989, Galán llegó hasta el municipio de Soacha (Cundinamarca) para realizar uno de los actos de cierre de campaña. La plaza central estaba atiborrada y el paso hasta la improvisada tarima que estaba en uno de los extremos puso al candidato en una situación de riesgo.
Debido a que su camioneta no pudo llegar hasta el lugar fijado por la gran cantidad de personas, Galán salió junto con sus escoltas caminando hasta llegar a la Plaza y ahí atravesó “todo el gentío” deseoso de saludarlo y aclamarlo, hasta llegar a la tarima que había sido instalada pocas horas antes.
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Cuando puso sus dos pies sobre la estructura de metal, una ráfaga de disparos se confundió con el bullicio. Galán cayó al suelo, Santiago Cuervo, uno de sus escoltas, intentó levantarlo para ponerlo a salvo puesto que las balas seguían dirigiéndose hasta la humanidad del líder político.
Cuervo, quien llevaba cinco años trabajando junto al dirigente liberal, cargó su cuerpo hasta uno de los cargos que estaban en los alrededores de la Plaza, esto sin darse cuenta que una de las balas lo había impactado en el tórax.
El escolta estuvo 12 días en cuidados intensivos, la bala había atravesado y destruido su intestino delgado. La esperanza que les dieron por una semana y media los galenos los médicos a sus familiares se desvaneció cuando no pudo salir de la cirugía en la que intentaban reconstruir el órgano afectado.
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Por su crimen fueron condenados el exministro de Justicia, Alberto Santofimio Botero; el exdirector del DAS, general (r) Miguel Alfredo Maza Márquez y el excomandante de operaciones del organismo de seguridad, coronel (r) Manuel González.
Los familiares de Cuervo lo recuerdan todos los días como el hombre que murió por proteger a Luis Carlos Galán, el dirigente político que se perfilaba para ganar por amplio margen las elecciones presidenciales de 1990.