La Tomatina colombiana, una ‘guerra’ de paz en la que nadie sale herido
El municipio boyacense de Sutamarchán se ha hecho popular en los últimos años por su ‘guerra’ de tomates.
Miles de personas se dieron cita este fin de semana en Sutamarchán para hacer parte de una de las festividades más pintorescas que ha visto el país en los últimos años.
Se trata de la Gran Tomatina Colombiana, una festividad que nació en el año 2004 y que se ha convertido en una joven tradición de la región del alto Ricaurte. Desde hace catorce años miles de turistas nacionales e internacionales llegan a ‘Suta’ para divertirse, distensionarse o sacarse el estrés a punta de tomatazos.
Heynner Suárez, presidente de la Corporación Gran Tomatina Colombiana, fue quien trajo la idea de realizar la actividad en Colombia, inspirado por la festividad que se realiza en Buñol, España.
Saúl Tarazona, director cultural y artístico de la Tomatina Colombiana, destaca que el impulso turístico que ha traído esta actividad para la región ha sido muy significativo, pues a Sutamarchán llega un promedio de 22 mil personas durante el fin de semana de festividades, lo que representa un gran impulso económico para el municipio.
Dada la gran cantidad de personas que llegan a Sutamarchán, la capacidad que debe tener La Tomatina es de 30 a 40 toneladas de tomate.
Aviso importante: ¡el tomate que se usa en la Tomatina no es apto para el consumo humano!
Tarazona aclara que el tomate usado para la festividad “es no apto para el consumo humano”. El funcionario afirma que la región es la mayor productora de tomate en Latinoamérica, lo que genera “un superávit de tomate y un desperdicio grandísimo”.
Sin embargo, esto no implica que los asistentes se lancen tomate podrido. Tarazona destaca que los cultivos de tomate tienen cierta vida útil, por lo que hay que erradicarlos. No se pueden dejar las mismas matas para producir en masa porque se generará un tomate que no es comercializable.
Cuando se van a erradicar dichos cultivos, este tomate es el que se recoge un par de semanas antes de la Tomatina para ser usado en la ‘guerra’.
¿En qué se diferencia esta Tomatina con la de Buñol?
Heynner Suárez, cerebro detrás de la festividad, destaca que la Tomatina de Colombia nace contraria a la idea de España.
El presidente de la Corporación Gran Tomatina Colombiana afirma que en Buñol siembran el tomate para la Tomatina. “La comunidad autónoma siembra y paga para la festividad. Tienen sus cultivos y botan alrededor de 180 mil kilos de tomate aptos para el consumo”.
Mientras tanto, “en Sutamarchán buscamos rescatar los juegos tradicionales, de hacer las comparsas, las carrozas y los disfraces alusivos al tomate, pensando siempre en el turismo del municipio”, destaca Suárez.
El creador de la Tomatina Colombiana también señala que la comunidad de Buñol se prepara durante todo el año para la festividad y arroja los tomates por todo el pueblo; mientras que en Sutamarchán la actividad se centra solamente en el estadio del municipio.
Heynner Suárez hace hincapié en que en Sutamarchán siempre se ha recogido “el tomate que se está dañando y que no sirve para el consumo humano”, mientras que en España se utiliza el tomate aún comestible.
“Diez o doce días antes de la festividad nosotros recogemos el tomate que se madura mucho, que está picado o que empieza a dañarse, lo guardamos en la parte alta del municipio, en la zona más fría, para que se conserve, y poderlo utilizar el primer festivo del mes de junio”.
¿Qué hay que hacer para participar?
Los organizadores del evento reducen los requisitos a “tener ganas, llegar a Sutamarchán, comprar la camiseta oficial del evento y estar con toda la disposición para disfrutar de la ’guerra’ de tomate”.
Además, quienes quieran hacer parte de las próximas Tomatinas, deben llegar con ropa cómoda, no utilizar relojes, cadenas ni gafas para evitar accidentes. “Es una ‘guerra’ de paz; no sale ningún herido y no ha habido nadie lastimado”, concluyó Saúl Tarazona.