Medellín despidió al maestro Fernando Botero
Medellín despidió al maestro Fernando Botero con admiración, tristeza y nostalgia
El pasado 15 de septiembre, la noticia de la muerte del maestro Fernando Botero le daba la vuelta a Colombia y al mundo entero.
Botero murió en Mónaco, de una neumonía, pero su obra y legado permanece intacto y así se expresó en las primeras declaraciones hechas por allegados y figuras públicas.
En su querido país natal Colombia y por supuesto la ciudad de sus amores, Medellín, todos preparaban los pormenores de una despedida que estuviera a la altura de la obra del maestro.
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El cuerpo de Botero llegó a Bogotá el 22 de septiembre y estuvo en cámara ardiente en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional. Luego sus restos mortales fueron llevados a la Catedral Primada.
Con un sentido homenaje su hija, Lina Botero, mencionó que a ella y el resto de su familia les quedaba su generosidad y sensibilidad hacia las necesidades de los demás.
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Por su parte, en Medellín, la Gobernación de Antioquia y el Museo de Antioquia escogieron como lugar predilecto la Plaza Botero para rendir homenaje a quien en sus primeros años como artista recorría la ciudad buscando imágenes de la cotidianidad para llevar a la eternidad.
Botero donó para la conocida y querida Plaza Botero 23 esculturas, que, al día de hoy, manifiestan la tristeza compartida por miles de visitantes por la muerte de su creador.
Y es que, según los expertos, si algo distinguió a Botero fue su capacidad para “antioqueñizar” sus obras, logrando hacer imágenes tan paisas tan de la cultura y tradición de este peculiar lugar del mundo, sin perder de lado ese lenguaje universal que permite que cualquier persona en el mundo pueda ver sus obras y sentirse atraído por esas formas voluminosas y los colores cálidos.
Con orgullo en la plaza Botero de Medellín a la que asistieron más de 6.000 personas desde el 26 de septiembre, todos se unen a un tono unísono en el que resaltan la vida y obra del artista.
Mientras, personas como los venteros de la zona muestran sus réplicas de las obras del maestro y recalcan con orgullo: “es que las obras de Botero se destacan sobre obras de hasta el mismo Picasso”, nadie puede pasar desapercibido su estilo.
Uno de los mayores distintivos de Fernando Botero, además de las formas, los volúmenes y los colores, fue que logró impregnar un reconocido sentido del humor en sus obras que familiarizan y permiten que las personas de pie se apropien de ellas,que las aprecien e incluso que las imiten.