Mujer denunció nuevo caso de acoso sexual en la Universidad Nacional
El caso se dio a conocer este domingo luego de que una estudiante de la institución, hace unas semanas, revelara un video en el que un docente se sobrepasa con ella
Alexi Amaya es una funcionaria de la facultad de Derecho de la Universidad Nacional que decidió hablar sobre un segundo caso de acoso sexual por parte de otro docente de la institución.
Según publicó El Espectador en un artículo, la mujer asegura que desde el 2015 es acosada por el profesor José Guillermo Castro Ayala, quien niega tal declaración.
La Universidad Nacional decidió no callar más y levantarse contra los distintos casos de acoso a las mujeres del lugar, pues una vez se reveló el video de Lizeth Sanabria, joven que evidenció como el docente Freddy Monroy tocaba sus partes íntimas durante una reunión de temas académicos, se inició la investigación indicada.
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Una vez conocida la denuncia de tipo sexual, los estudiantes y el equipo de trabajo de la universidad manifestaron su desacuerdo y completo rechazo a través de frases y carteles que decían: “No más acoso, no más machos”, “En nuestras aulas hay acosadores, los vamos a desenmascarar”, “No más silencio cómplice” y “Yo te creo con o sin video”.
Mientras los medios y la reconocida institución asumen este problema vigente en la sociedad, la funcionaria Alexi Amaya ratificó que la estudiante no es la única persona que se atrevió a mostrar la realidad por la que atraviesan algunas mujeres de la Universidad Nacional.
Luego de poner la queja frente al decano de la facultad de Derecho, Genaro Sánchez, las quejas disciplinarias y las denuncias llegaron a instancias legales, pero avanzan a paso lento.
Según los testimonios de Amaya, la situación comenzó en 2015 cuando Castro fue nombrado como jefe suyo y como director del Proyecto de Relaciones Internacionales.
“Lo primero fueron tocamientos. Él acostumbraba hacerme cosquillas y agarrarme, pese a que le manifesté que no me sentía cómoda y que se abstuviera de hacerlo, que mantuviéramos una relación jefe-asistente. Por el contrario, él siguió tocándome y haciendo chistes subidos de tono”, relató la funcionaria al medio colombiano.Luego continúo su historia hablando de las propuestas indecorosas que José Guillermo Castro le hacía por chat.
“Me preguntaba por Whatsapp si estaba dispuesta a salir con él. Me hacía comentarios tales como: ‘Yo lo tengo grande’, ‘Te arriendo la mitad de la cama en todos los hoteles’, ‘Tienes un chupón en una teta’. Además, con situaciones interpersonales aún más complejas, como llegar a tocarme las piernas”, añadió.La situación para Alexi Amaya no mejoró, pues el docente comenzó a ponerle labores que no correspondían a su cargo y que se salían completamente de las tareas que debía cumplir. Por ejemplo afirmó que debía reemplazarlo en clases, pagarle la pensión al hijo o comprarle los uniformes.
En la publicación compartida por el diario, Amaya declaró que en febrero de 2016 el docente le escribió un correo al decano en el que “la acusó de ser amante de un docente y extralimitarse en sus funciones”.
Al hablar con el decano por segunda vez, logró que la cambiaran de puesto y de funciones para evitar más problemas. Sin embargo, la mujer seguía con miedo de que la despidieran o que algo le pasara a ella y a su familia por haber denunciado al hombre.
“Ese día recibí a mi número personal tres llamadas del profesor Castro, dos a las 8:27 p.m. y una a las 8.48 p.m. Frente a mi negativa de responder, me envió mensajes. Entre ellos este: ‘¡Créame que si no se calma, a mí como abogado, no me ha temblado la mano con nadie en la vida (…) Ud. también tiene hijos y mejor bájese del tren en el que no sé quién la subió. Yo tengo todas las intenciones de no tener problemas con nadie, pero le repito, nunca me he dejado irrespetar. Ud. verá! Gracias!’”, narró la funcionaria en la entrevista con El Espectador.
La denuncia salió de las aulas de la universidad y pasó directamente a la Procuraduría y a la Fiscalía en marzo de 2017. Aún después de tanto tiempo, la institución abrió una investigación formal sobre el caso que no ha formulado cargos todavía.
Sin embargo, pese a que las medidas ya se tomaron, Amaya dice que solicitó protección porque el acoso sigue presente, pero fue negado por las instituciones legales.
“Yo entiendo que Lizeth Sanabria haya tenido que pasar por algo tan terrible para demostrar que era víctima de acoso, porque la justicia no nos cree. ¿Alguien ha pensado en mi buen nombre? ¿En mi familia, en mis hijos? […] Si yo fuera un hombre, ¿estaríamos en las mismas condiciones?”, declaró la funcionaria.