Revelan la ciudad de Colombia con el mayor impacto en materia de extorsión
Un estudio de Observadores Colombia señaló que la extorsión ha aumentado en Colombia en los últimos meses.
Javier Bustos, coordinador de Observadores Colombia, indicó que un estudio de agremiaciones nacionales señala que la extorsión sigue en ascenso en el país.
De acuerdo con Bustos, Barranquilla es la ciudad de mayor impacto en esta materia, al precisar que, este año se han registrado 55 casos por cada 100 mil habitantes, seguido de Medellín, con 34; Bogotá, con 30; Cali con 17 y Cartagena con 8.8.
"¿Cuál es el problema y la causa que estamos viendo? Desafortunadamente, las cárceles tienen comunicación celular, y esto es algo que no solo está creciendo aquí sino en todas las cárceles. Estas conductas delictivas están siendo replicadas y se ven en muchas modalidades como falso servicio, una persona que tiene un pequeño comercio, le piden un domicilio en las afueras de la ciudad y allí empiezan las llamadas, la extorsión y el secuestro exprés", explicó.
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En relación con las denuncias, afirmó que, Bogotá es la población del territorio nacional con el mayor número con 2.444; a la cual le sigue Antioquia con 1.760; Atlántico con 1.231 y Valle del Cauca, 1.117.
En este sentido, le hace un llamado a los congresistas para que legislen sobre control de los centros carcelarios.
"No es posible que las comunicaciones de las cárceles en este momento sigan. Eso es pura voluntad política, retirar las antenas se puede o retirar los inhibidores o bloquear esas simcards de los operadores, pero no hay una legislación y una operación coordinada", manifestó.
A su juicio, si se hace este trabajo, más de la mitad de las extorsiones dejan de ocurrir en el país.
Asimismo, les aconseja a los ciudadanos afectados por este delito, interponer las denuncias ante las autoridades competentes.
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La extorsión ha provocado afectaciones en el comercio de la capital del Atlántico y su Área Metropolitana, donde más de 200 negocios han sido cerrados, obligando a sus propietarios a realizar otro tipo de actividades, al no tener los recursos económicos para responder con las exigencias económicas; ya que, de no pagar, los extorsionistas atentan contra los dueños de los negocios o sus familiares.