Riña entre hermanos terminó en incendio en Bucaramanga
El hecho ocurrió en el asentamiento humano Nuevo Horizonte de la Mano de Dios, en el barrio La Esperanza.
Un incendio en el asentamiento humano Nuevo Horizonte de la Mano de Dios (barrio La Esperanza, norte de Bucaramanga), ocurrido este jueves, hizo que las autoridades decretaran calamidad pública.
La conflagración empezó por una riña entre hermanos. Uno de ellos le prendió fuego a un colchón porque su familiar lo despertó (eran las 2:45 p.m., según versiones).
Luis Ernesto Ortega, coordinador de Gestión de Riesgo de la ciudad, indicó que la medida se tomó por las 108 personas afectadas y las 29 viviendas que quedaron consumidas por las llamas.
"Estamos depurando el número de personas a las cuales les debe llegar las ayudas. Son 108 personas damnificadas. El hecho de la declaratoria va a permitir al municipio de manera rápida contratar y atender a la población", explicó Ortega.
De acuerdo con el funcionario, a 29 familias afectadas se les está ofreciendo comida, ropa y dormida: "Pero ninguno de ellos ha aceptado porque quieren estar en el sitio para tratar de recuperar cosas que se convertirán en venta y recoger algunos pesos", agregó.
Se trabaja, además, en la posibilidad de dar a los afectados un subsidio de arriendo por seis meses, que por norma sería de 300.000 pesos mensuales, precisó Ortega.
Entre tanto, ya se inició el proceso de la limpieza en el asentamiento humano para darle recuperación ambiental al lugar.
Por otra parte, la comunidad afectada pide justicia en medio del dolor de perderlo todo por la conflagración provocada.
"El fuego arrasó con todo, no quedó nada, ni los ladrillos se salvaron. Esos hermanos se la pasaban peleando y discutiendo. Ellos deben responder por lo que nos hicieron. Se quemaron mis animales", dijo uno de los damnificados.
"Pedimos justicia. Nos hicieron un daño muy grande, nos dejaron con brazos cruzados. La intolerancia entre ellos acabó con pertenencias de muchas familias y no es justo", agregó la persona afectada.
Uno de los presuntos responsables sigue en libertad, y la otra persona ya fue enviada a la cárcel.
Los dueños de tiendas que residen a los alrededores del lugar de la tragedia y la Policía recogen alimentos y líquidos para abastecer a los más de 100 afectados durante todo el fin de semana.