'Ser hija del presidente no abre puertas': Andrea Petro sobre su emprendimiento

Andrea Petro, hija del presidente Gustavo Petro, lanzó su marca de ropa sostenible, Bachué, con un enfoque en la conciencia ecológica y el impacto ambiental de la industria textil. En declaraciones a La FM de RCN, Petro explicó cómo nació la idea y los retos que ha enfrentado al emprender en este mercado, destacando que su motivación va más allá de la moda y busca educar a las personas sobre el impacto de sus decisiones de consumo en el planeta.

"Bachué nació hace muchos años, era un sueño que tuve desde chiquita", comentó Andrea Petro, quien desde joven visualizó la creación de un proyecto con impacto ambiental. Aunque no planeaba específicamente una marca de ropa, sus estudios de mercadeo y la observación de tendencias globales la llevaron a tomar esta decisión. "Después de mirar las necesidades del mercado y las tendencias a nivel planetario, decidí lanzarme", agregó. La joven empresaria también subrayó que la industria textil, al ser la segunda más contaminante después de la petrolera, necesita mayor visibilidad y responsabilidad.

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Andrea Petro se mostró crítica con el actual modelo de consumo de moda rápida y destacó la importancia de educar a las personas sobre las repercusiones de esta industria en el ecosistema. "El objetivo es que la gente entienda por qué es importante para el planeta y por qué visibilizar marcas como Bachué es esencial", dijo. Además, resaltó que su enfoque no se limita a vender ropa, sino a crear una comunidad consciente sobre el impacto ambiental de sus elecciones. "Hubiera sido más fácil crear una marca de cualquier cosa, pero mi objetivo es educar y generar conciencia", señaló.

Uno de los principales desafíos que Andrea Petro ha enfrentado en su emprendimiento es ser la hija del presidente de Colombia. “La gente piensa que tengo las puertas abiertas, pero ser hija del presidente cierra más puertas de las que abre. Mi papá no puede ayudarme económicamente, lo que hace todo más difícil”,, afirmó. También mencionó que su padre no puede involucrarse en el negocio debido a las restricciones legales. "Mi papá no me puede ayudar; no puede poner un centavo en mi emprendimiento", enfatizó.

Otro reto importante ha sido la falta de conciencia en torno al impacto de la industria textil. "La gente está muy metida en el 'fast fashion', no entienden el impacto que tiene desechar una prenda. Yo misma no sabía hace algunos años cuánto afecta esta industria al planeta", admitió. Un ejemplo alarmante que compartió fue el consumo de agua para producir una prenda: "Hacer un jean requiere 7.500 litros de agua potable, y sabiendo que nuestra próxima guerra será por el agua, es terrible", advirtió.