Sobreviviente a masacre en El Tarra: me hice el muerto y por eso estoy vivo
Las autoridades están tras la pista de los responsables del asesinato de nueve personas en la zona del Catatumbo.
En las instalaciones del Hospital Universitario Erasmo Meoz de Cúcuta se recupera Vladimir Quintero, quien resultó herido en el ataque a un billar en el municipio de El Tarra, Norte de Santander, el pasado lunes.
El joven campesino, hermano del líder social Frederman Quintero, coordinador del Comité de la vereda 84, perteneciente a Ascamcat, fue una de las nueve víctimas de esta masacre que ha sembrado zozobra en la comunidad y generado el rechazo de organizaciones sociales y habitantes del sector.
En diálogo con RCN Radio, el el joven de 31 años narró los momentos previos a la masacre perpetrada por hombres fuertemente armados que irrumpieron en un establecimiento comercial, ubicado en el sector de Villa Esperanza.
"Yo llegué a reunirme con mi hermano y a tomarme una cerveza con él. En ese momento vi que varios hombres, que no se identificaron, empezaron a echar plomo a diestra y siniestra; fueron como cinco minutos de disparos, era impresionante lo que estaba pasando", expresó el joven.
Agregó que "yo caí con un impacto en el estómago y después sentí que mi hermano cayó a mi lado, pero no podía hacer nada porque esa gente seguía disparando. Después de eso se metieron al pool a rematar a la gente. Yo me hice el muerto y por eso estoy vivo".
Quintero sostuvo que no conocía a las otras personas que estaban en el lugar, los cuales, según su relato, se dedicaban a la siembra y raspa de coca.
"Uno si los veía y los saludaba en el pueblo, sabía que trabajaban con la coca porque muchos en El Catatumbo lo hacen, pero uno no los veía haciendo cosas raras... No sabemos por qué hicieron eso, si era el ataque para nosotros o para el otro grupo de personas; lo cierto que es mi hermano está muerto", adujo.
Asimismo señaló que no conocía de amenazas hacia su hermano y pidió a las autoridades nacionales, regionales y locales garantizar la protección de la comunidad civil, que es víctima de la violencia en la región.
"Si uno sabe que está amenazado no se pone a andar libre por ahí... uno no hace nada malo, por eso no entendemos por qué nos hicieron esto a nosotros. Ojalá esa gente le pueda explicar a la comunidad por qué lo hizo y qué razones tenía, y qué ganó con eso", agregó.
Los cuerpos de las nueve personas ultimadas fueron recibidos en el municipio de El Tarra por sus familiares, los cuales serán sepultados el día jueves en una ceremonia presidida por el obispo del Municipio de Tibú, Omar Alberto Sánchez, quien lideró una velatón y jornada de oración el pasado martes.