Vertimiento de agua en el río Cauca avanza satisfactoriamente, según EPM
El vertedero de Hidroituango comenzó a funcionar la noche del viernes.
Por el vertedero están saliendo 50 metros cúbicos por segundo, sumados al agua que aporta el río Ituango y los dos túneles. Al paso por Puerto Valdivia, el caudal alcanzaría cien metros cúbicos por segundo, el doble de lo registrado al inicio del cierre de compuertas. El caudal del Cauca recobraría sus niveles normales en la noche del lunes, según los cálculos de EPM.
El vertedero tiene una longitud de 405 metros y un ancho entre 70 y 95 metros. Según los diseños, las compuertas radiales miden 15,4 metros de ancho por 19,5 metros de alto.
El gerente del Grupo EPM, Jorge Londoño De la Cuesta,confió en que en los próximos tres días se pueda recuperar el afluente del río Cauca y reducir el impacto a las poblaciones ubicadas aguas abajo.
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"Más o menos, el lunes en la noche, las condiciones deben estar bastante normales. Dependemos también del agua que nos traiga el río Cauca, si llueve en el Viejo Caldas o en La Pintada, el río va a llegar con más agua y acelera el proceso. Aproximadamente está subiendo 100 metros cúbicos por segundo", dijo el funcionario.
Con el embalse del proyecto vertiendo, asegura EPM, el río Cauca recuperará su caudal para una temporada seca como la actual, disminuido tras el cierre de la segunda compuerta de la casa de máquinas el pasado 5 de febrero y que ya deja una mortandad de más de 67 mil peces aguas abajo.
Amenazas a pescadores
De los 750 pescadores contratados por EPM para rescatar la fauna en el río Cauca, cerca de 600 no llegaron hoy a trabajar por temor a unos panfletos amenazantes que circulan en el Bajo Cauca. Los pasquines advierten de una parálisis en el comercio y el transporte. La labor de los pescadores es fundamental para evitar un daño mayor al medio ambiente por el cierre de Casa de Máquinas.
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Londoño De la Cuesta afirmó que las intimidaciones han paralizado el rescate de los peces en Tarazá y Cáceres.
Los pescadores son quienes salvan a las especies vivas que quedan atrapadas en la arena y en las piedras de las orillas, y también recuperan a los muertos parallevarlos a los rellenos y evitar que sean comercializados o consumidos por los habitantes.
"Ha sido difícil que los pescadores que teníamos contratados para hacer la recolección de peces no llegaran al sitio de trabajo. La información que recibo es que tanto en los municipios de Tarazá y Cáceres la actividad comercial se ha disminuido significativamente. Hay temor de la gente a trabajar y esto nos ha afectado el rescate ambiental", denunció.