Volcán Nevado del Ruiz: ¿cuál es su historia y qué podría pasar si erupciona?
La alerta naranja se mantiene.
El país ha estado a la expectativa por lo que pueda suceder con el volcán nevado del Ruiz. Desde el pasado 31 de marzo, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) elevaron a naranja la alerta por la actividad del nevado, lo que quiere decir que es probable que en las próximas semanas o días "haga una erupción mayor a las que ha hecho en la última década", de acuerdo con el SGC.
Las autoridades han estado preparándose para evacuar a la población de la zona de influencia del volcán nevado del Ruiz, aunque algunos campesinos temen quedarse sin nada en caso de que tengan que dejar sus tierras.
El SGC, por su parte, ya tiene una lista de los municipios que se verían afectados ante una eventual erupción del volcán, entre los que están Murillo, Villahermosa, Herveo y Casabianca, en el Tolima, y Villamaría (Caldas) y Santa Rosa de Cabal (Risaralda).
A pesar de la cantidad de información que ha sido publicada sobre el tema, los ciudadanos aún tiene muchas dudas, sobre todo por los términos técnicos que se han usado en algunos reportes de prensa.
A continuación, varios datos clave sobre la alerta naranja en el volcán nevado del Ruiz.
Historia del volcán nevado del Ruiz
De acuerdo con el SGC, la historia eruptiva del volcán es de 1,8 millones de años: "es decir, inició su actividad en el Plioceno". Tiene 5.321 metros sobre el nivel del mar.
"En época precolombina se le llamaba Cumanday (Cerro Blanco), Tabuchía (Candela o fuego) o Tama (Padre Mayor o Grande)", explica el Servicio Geológico Colombiano.
El cráter principal del nevado del Ruiz es el Arenas, que es el que se encuentra actualmente activo. Los otros dos cráteres, llamados volcanes parásitos o secundarios, son La Olleta y La Piraña. El primero tiene unos 88.000 años, y el segundo, 150.000, de acuerdo con Gonzalo Duque Escobar, docente de la Universidad Nacional sede Manizales.
El cráter Arenas tiene una profundidad de 274 metros y un diámetro de 870 por 830 metros.
Erupciones del volcán nevado del Ruiz
La erupción más antigua que tiene el Servicio Geológico en sus registros data del 12 de marzo de 1595, cuando se registró una "explosión subglacial de cráter parásito con lahares y destrucción de tierras y propiedades".
En 1805, 1828 y 1829 se registraron otras tres explosiones. El 19 de febrero de 1845 se reportó la erupción más grave hasta ese momento, "con flujo de lava, flujo de lodo, destrucción de propiedades y tierras y más de 1.000 muertos".
En diciembre de 1984, se registró una emisión de gases azufrados, con reactivación de actividad, y en septiembre de 1985, hubo "emisión de cenizas con flujo de lodo".
Y el 13 de noviembre de 1985 ocurrió la tragedia que borró a Armero, Tolima, del mapa y que dejó más de 25.000 muertos. De acuerdo con el SGC, se trató de una "erupción freato magmática con flujos de lodo". Las erupciones freato magmáticas son aquellas que se producen por la interacción directa entre el magma y el agua.
Entre enero de 1986 y marzo de 1988 se presentaron cinco episodios de emisión de cenizas. Y el 1 de septiembre de 1985 volvió a erupcionar, con una duración de dos horas y 24 minutos, de acuerdo con SGC.
Aunque se temió una tragedia como la de Armero, la situación no pasó a mayores gracias a las acciones preventivas de las autoridades.
"Desde semanas anteriores se empezaron a dar los avisos pertinentes a las autoridades, y comunidad en general, sobre la posible ocurrencia de una erupción en términos de días o semanas, y desde la tarde del 31 de agosto de 1989 se expidió el aviso de que la erupción era inminente o en curso, haciendo que las entidades que conformaban el Comité Regional de Emergencias tomaran las medidas necesarias para evitar alguna catástrofe", explica el SGC.
Términos clave sobre las erupciones
Muchos de las reportes están acompañados de términos técnicos que las personas no entienden muy bien. A continuación, una descripción de aquellos términos relacionados con las erupciones, según la información oficial del SGC.
Piroclastos
Partículas fragmentadas que se sueltan hacia la atmósfera. Se dividen en:
- Ceniza: menor a 2 milímetros
- Lapilli: de 2 a 64 milímetros
- Bloques y bombas: mayores a 64 milímetros
Las cenizas y el lapilli pueden llegar a zonas alejadas del volcán, por efecto del viento, y forman grandes capas. Las caídas de estos piroclastos pueden causar:
- Oscurecimiento del ambiente
- Infecciones respiratorias, irritación de los ojos y las vías respiratorias, intoxicaciones y alergias, en humanos y animales
- Cubrimiento y enterramiento, obstrucción de drenajes artificiales, colapso de techos y líneas de conducción eléctrica, corrosión a elementos metálicos, en viviendas y edificios
- Pérdida parcial o total de cultivos y ganado, contaminación de fuentes de agua por sólidos y químicos
- Tormentas eléctricas y afectación al transporte aéreo y terrestre
Proyectiles balísticos
Este término se refiere a lo que pasaría con la expulsión de bloques y bombas, que pueden ser arrojados desde el cráter con trayectorias parabólicas, "como proyectiles balísticos". Pueden causar "destrucción de infraestructura y muerte o lesiones graves de seres vivos por impacto directo; incendios forestales o de viviendas".
Flujos y domos de lava
Son emitidos por el cráter y consisten en corrientes de rocas fundidas, con temperaturas de entre 800 y 1.200 °C. El movimiento de los flujos de lava es lento, de modo que las personas pueden alejarse.
"Las lavas específicamente pueden causar: destrucción de infraestructura, sepultura, quema de cultivos e incendios forestales. Las muertes atribuidas a los flujos de lava son a menudo debido a causas indirectas, tales como las explosiones cuando la lava interactúa con el agua, asfixia debido a los gases tóxicos acompañantes, flujos piroclásticos por colapso de domos y lahares por deshielo", india el Servicio Geológico Colombiano.
Corrientes de densidad piroclástica
Se refiere a las nubes que tienen fragmentos de rocas, cenizas y gases con temperaturas de entre 300 y 800 °C, y que se mueven a grandes velocidades. Se originan por la explosión de flujos y domos de lava y cuando las columnas eruptivas caen. "Los flujos piroclásticos destruirán todo a su paso", explica el SGC, y es prácticamente imposible sobrevivir al paso de estos.
Lahares
Lahares, también llamados flujos de lodo volcánico, son "una mezcla de fragmentos de roca (puede presentar bloques hasta de más de 10 metros de diámetro), arena, limo, arcilla y agua que se desplazan por los cauces de las quebradas y ríos".
La destrucción de Armero se debió, en gran parte, a los lahares, pues fue esa mezcla la que llegó hasta el municipio.
Los lahares, que se pueden formar también por el hielo derretido, arrasan vegetación, cultivos, infraestructura, inundaciones (por las quebradas y ríos represados), y "la probabilidad de sobrevivir a su impacto directo es mínima".
Avalanchas de escombros
El cono que se forma por la acumulación de material es conocido como edificio volcánico, y los deslizamientos de este son los que forman las avalanchas de escombros, que pueden originarse por las erupciones. Sin embargo, explica el SGC, aunque pueden arrasar todo a su paso, las avalanchas de escombros son poco frecuentes.
Gases volcánicos
Son los gases que salen antes, durante y después de la erupción, y no representan un mayor riesgo para la salud en tanto se diluyen en la atmósfera. Sin embargo, la "exposición prolongada a gases volcánicos puede provocar irritación de los ojos y problemas respiratorios".