El Orica de Chaves se mete en el pulso Quintana - Froome

 

En una jornada que se preveía marcada por las estrategias y los ataques de los principales favoritos, Orica ha sido el único beneficiado junto con Froome, si es que al británico nacido en Nairobi le parece beneficio llegar junto a su principal en la etapa clave y aún con tiempo cedido en al General.

 

Lo que si es incontestable es que el Orica ha salido muy beneficiado del 'Día D' de la Vuelta 2016. Contaba con dos bazas y las dos han ganado terreno al resto tras limar, respectivamente, 1:08 y 33 segundos a los dos grandes líderes.

 

Tras la etapa del viernes, Chaves era cuarto, a 2:34 de Quintana y a 1:40 de Froome; y Yates séptimo a 3:25 del colombiano y 2:31 del inglés; y ahora el colombiano es tercero, a 2:01 y 1:07, y el británico cuarto, a 2:17 y 1:23.

 

Por contra, Movistar, que también tenía dos bazas, ha perdido a Alejandro Valverde, que ha pagado, como se esperaba, lo cargado de una temporada con las tres grandes vueltas por etapas y los Juegos Olímpicos.

 

Y a Froome tener ahora al checo Leopold Konig quinto a 1:44 -2:38 respecto a Quintana, le es casi igual que sexto a 2:15 -a 3:09 del líder- como estaba ayer.

 

Aunque, junto al Movistar, quizás el gran derrotado de la jornada haya sido Alberto Contador (Tinkoff), quien, de todos modos, ya había dejado claro que ni este es su año ni esta Vuelta su carrera.

 

Pero de Alberto se presumía un ataque de lejos para intentar enjugar los tres minutos perdidos con anterioridad. Se le esperaba junto a Yates en el Marie-Blanque, el penúltimo puerto de una jornada con cuatro grandes colosos pirenaicos, en el primer ataque del Orica; o cuando menos tras Chaves ya en el Aubisque, con buena parte de la subida de 16,5 kms. por delante y ya con los de Neil Stephens desatados.

 

No pudo estar el de Pinto donde seguro que quería y cedió el testigo de tercera vía en una carrera en la que los dos grandes favoritos, aunque seguirán mirándose sobre todo uno a otro, buscarán a partir de ahora de reojo no un maillot amarillo del Tinkoff balanceándose, sino dos francotiradores de azul dispuestos a dinamitar la prueba en cualquier momento.

 

Como han hecho hoy Yates y Chaves, que han encumbrado a Stephens como el estratega que ya venía avisando desde que retornó a su país -reside en Oyarzun (Guipúzcoa)- para hacerse cargo de un Orica que hoy, en una etapa de las que no se olvidan -"la más dura de una gran vuelta este 2016", para José Luis Arrieta, director del Movistar-, ha dejado un recuerdo imborrable.

 

Lo que seguro que para él y para sus corredores es más importante, ha metido al Orica en el pulso Quintana-Froome por el triunfo final en una Vuelta a la que aún le queda una semana de pelea y al menos tres citas de calado: la pared de Más de la Costa, la crono Jávea-Calpe y el Alto de Aitana.