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En Manila, el recuerdo imborrable del "Thrilla" de Mohamed Ali

El Araneta Coliseum sigue funcionando, 41 años después, y alberga combates de MMA (artes marciales mixtas) y conciertos.

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Actualizado:
Lunes, Junio 6, 2016 - 17:46

Un centro comercial abarrotado es el improbable legado de "Thrilla in Manila", el combate más duro de Mohamed Ali, que también dejó un recuerdo imborrable en los espectadores.


 


El desempate entre el legendario boxeador y Joe Frazier se celebró en 1975 en Manila porque el dictador filipino Ferdinand Marcos buscaba algún beneficio político, tres años después de haber decretado la ley marcial.


 


Ali apareció junto al presidente y a su esposa Imelda, bajo los oropeles del palacio presidencial. Y luego se ocupó de lo suyo: el resultado fue un sangriento combate entre dos pesos pesados, en la húmeda caldera del Araneta Coliseum, que muchos consideran aún como la mejor pelea de boxeo jamás vista.


 


"Fue algo así como la muerte, lo que más se acerca a la muerte" había relatado Ali. Fue declarado vencedor cuando el entrenador de Frazier, Eddie Futch, pidió que se detuviera el combate antes del 15º round, cuando su pupilo tenía los dos ojos cerrados, a causa de los golpes recibidos.


 


El Araneta Coliseum sigue funcionando, 41 años después, y alberga combates de MMA (artes marciales mixtas) y conciertos.


 


En la cena posterior al combate, el propietario del lugar, Jorge Araneta, tuvo la idea de preguntar a Ali si podía utilizar su nombre para bautizar a su nuevo centro comercial.


 


El boxeador aceptó de inmediato, sin pedir retribución alguna. Así, el "Ali Mall" fue construido cerca del Araneta, en un alejado lugar de los suburbios, y quedó convertido en santuario a la gloria del legendario deportista, fallecido el pasado viernes.


 


- Salpicados por la sangre -


 


Generaciones enteras de boxeadores filipinos, entre ellos el campeón Manny Pacquiao, se han inspirado en el "Thrilla", aquel combate que episódicamente puso bajo los focos de todo el mundo a una pobre dictadura del sudeste asiático.


 


Frazier había ganado la primera manga en 1971, y Ali, la revancha de 1974. En Manila, la animadversión entre ambos boxeadores era enorme, alimentada por las incendiarias declaraciones de Ali.


 


"Va ser algo sangriento, paralizante, terrorífico cuando acabe con el gorila en Manila" ("It will be a killa and a chilla and a thrilla when I get the gorilla in Manila"), había asegurado, dándole así su nombre al combate.


 


Aquel 1 de octubre de octobre 1975, a mediodía había ya cerca de 25.000 espectadores congregados en el Araneta, cuyo aire acondicionado no da abasto.


 


"Era algo realmente terrible. Realmente húmedo" recuerda Lito Tacujan, periodista del Philippine Star.


 


Frazier ataca de forma incesante, y Ali encaja, antes de recuperar la iniciativa.


 


"No me gusta (Ali), pero puedo decir que es un hombre en un ring" diría luego Frazier. "En Manila le dí tales puñetazos que podrían haber derribado edificios".


 


Reflejo de la violencia del combate fue el vestido de Imelda Marcos, salpicado de sangre, según relata Sol Vanzi, confidente de la Primera dama.


 


Y el periodista Lito Tacujan cuenta: "no se podía tomar notas, nuestra mesa temblaba por los golpes que se intercambiaban en el ring. Era algo brutal".


 


- Un lento declive -


 


Ali ganó, pero el duro combate supuso un giro para el boxeador de 33 años, el inicio de un lento declive hasta su retirada en 1981.


 


La pelea también fue un triunfo de relaciones públicas para Marcos, que acabaría derrocado por el "poder del pueblo" en 1986.


 


"Durante un momento nos sentimos agradecidos al presidente Marcos" se acuerda Joey Romasanta, vicepresidente del comité olímpico filipino. "El 'Thrilla' unió (a los filipinos) y les hizo olvidar durante un tiempo sus problemas".


 


En fin, Tacujan recuerda las palabras proferidas entonces por el respetado periodista Ed Schuyler: "'Deben estar orgullosos de que el combate se celebre aquí. Dentro de 25 años, aún se hablará de ello'".


 


"¡Han pasado 40 años, y aún se habla de ello!" constata Tacujan.


 


 


 


 
Fuente:
Sistema Integrado Digital