Eder Álvarez Balanta confeso las veces lloró en el vestuario tras un partido
El defensor colombiano contó lo difícil que es manejar la presión y cómo esto lo ha afectado.
El paso de Eder Álvarez Balanta por River Plate no concluyó de la manera en que todos esperaban. El defensor, quien llegó a ser catalogado por importantes personalidades del fútbol argentino, como uno de los mejores del mundo y cuyo valor alcanzó a situarse en cifras bastante altas, terminó saliendo del equipo por un dinero mucho menor del esperado y dejando muchas dudas respecto a su verdadero nivel.
Actualmente, tras haber dejado atrás esa presión que sintió en el equipo 'Millonario' y con mucha más experiencia en el fútbol internacional, el jugador escribió un artículo en primera persona refiriéndose al duro momento que vivió y confesando algunas cosas, que la gran mayoría desconocía.
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"Soy exigente conmigo mismo a veces hasta límites que me perjudican. Cuando comencé a jugar en Primera, que supuestamente el hincha y la opinión pública decían que todos los partidos jugaba bien y era una de las figuras, yo llegaba al vestuario o a mi casa y decía que no era así. Empezaba a contar los errores y decía: ´Me equivoqué en esto, en lo otro, hice mal tal cosa´", aseguró el colombiano en el documento publicado por el medio 'Humanizados'.
Posteriormente, este mismo texto añade: "Había gente que me decía que eso malo que yo había visto no era nada comparado a todo lo bueno que había hecho, pero yo pensaba: ´¿De qué me sirvió haber hecho todo lo bueno que dicen, si hice esto malo que terminó, capaz, generando una ocasión de gol en contra? He llorado en el vestuario luego de algún partido. A veces se hace difícil poder seguir progresando desde ese punto. Si uno no se da la libertad de equivocarse, de hacer las cosas mal para aprender, es difícil seguir progresando".
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Continuando con esta explicaión, Balanta señala: "Cuando comencé a jugar no le daba tanta importancia a lo que podía llegar a pasar en el partido, sino que disfrutaba. Ahí jugaba más suelto. Cuando se juega con más inconsciencia suele ser más fácil fluir. Pero cuando tomás consciencia de que existe cierta presión o de que uno tiene cierta obligación, termina influyendo, a veces para mal"
Y fialmente, el texto concluye: "Yo me exijo, me presiono, yo mismo me castigo cuando las cosas no salen bien. Uno siempre quiere que las cosas salgan bien o como uno las espera, pero aún haciendo todo lo posible, no siempre salen bien, porque somos humanos. Por más que yo por naturaleza sea de profundizar y tenga esa capacidad de analizar y de pensar todo, hay que buscar un equilibrio. Trato de encontrarle respuesta a todo de por qué esto y por qué lo otro. Creo que si no lo tuviera viviría mejor".