Iker Casillas presenta la Copa del Mundo en Rusia
El excapitán de la selección de España, campeón en Sudafrica 2010, levantó de nuevo el codiciado trofeo.
El español Iker Casillas presentó en el terreno de juego del estadio Luzhnikí el trofeo de la Copa del Mundo, minutos antes del inicio de la ceremonia inaugural del Mundial de Rusia.
Casillas, campeón mundial en 2010 y que estuvo acompañado por la modelo rusa Natalia Vodiónova, levantó la copa que será alzada por el equipo que gane la final que se disputará en este mismo estadio el 15 de julio.
El trofeo -más de seis kilos de oro macizo- sustituyó en 1970 al Jules Rimet, que Brasil se quedó en propiedad al ser el primer equipo en ganar tres Mundiales.
La capital rusa se despertó con poco ambiente de Mundial, envuelta en una "anormal" normalidad, como si aún le costara tomar conciencia de que ha llegado el gran día, pero la numerosa hinchada latinoamericana que ya ha desembarcado en Moscú acudió al rescate para dar calor a la apertura del torneo.
Hay quién diría que Rusia recibe el torneo con poco optimismo por las escasas posibilidades de su selección, aunque el entrenador del equipo nacional, Stanislav Cherchésov, lo atribuye al peculiar "alma rusa".
Preguntado por un periodista occidental sobre el asunto, respondió que muchos de sus compatriotas se enterarán de que Rusia acoge el Mundial "cuando suene el pitido inicial en el partido inaugural"
"No parece que sea el Mundial. No hay casi ambiente en la ciudad, salvo aquí. Tenemos que animar nosotros", dice a Efe Sergio, un mexicano de Aguascalientes que ha acudido al partido inaugural junto a sus amigos Riquelme y Gerardo.
A muy pocos metros, un grupo de hinchas brasileños de Curitiba son la gran atracción para los aficionados rusos, que hacen cola para sacarse una foto con ellos y contagiarse de la alegría de sus cánticos y bailes.
"Los brasileños somos los animadores de este Mundial" dice Alex, seguro de que Brasil ganará este Mundial.
Los latinoamericanos empezaron a poner la nota de color, emoción y alegría mundialistas. Argentinos, mexicanos y peruanos, cuyas selecciones están concentradas en las afueras de Moscú, animaban a sus equipos y a los sorprendidos turistas en la misma Plaza Roja.
Rusia ha hecho un titánico esfuerzo para que su Mundial sea si no el mejor, sí uno de los más destacados de la historia. Pero de puertas para adentro, las encuestas son demoledoras. Según una de ellas, menos de un tercio de los cinco millones que viven en San Petersburgo, la segunda ciudad del país, piensan seguir el Mundial por televisión.
Hinchas de todo el mundo que ya están en Moscú no ocultan su sorpresa al encontrarse una gran ciudad cosmopolita, limpia y verde, abierta y moderna, que recibe con los brazos abiertos a todo el mundo, en contra de algunos estereotipos que circulan en estos tiempos en los que Rusia no goza de su mejor imagen en el exterior.
"Moscú es mucho más linda de lo que me esperaba. Y la gente de Rusia es muy amable", asegura Luz María, de Medellín, Colombia.