José Silva y la vida bajo los tres palos
El fútbol es ingrato en múltiples ocasiones con quienes lo practican, sobre todo cuando se trata de la portería.
Esta nota fue realizada por estudiantes del programa de Comunicación Social de la Universidad de La Sábana. Colaboración de Juan Diego Ibáñez (Universidad de la Sabana)
Ser futbolista profesional es el sueño de muchos jóvenes en el mundo. Sin embargo, los afortunados que logran recorrer este camino no siempre andan por un sendero de rosas, pues en múltiples ocasiones se encuentran con distintos baches que les impiden sobresalir.
Así ha sido la carrera de José Johan Silva, futbolista vallecaucano surgido de la interminable cantera del Deportivo Cali, el conjunto que su padre lo llevaba a ver cuando era niño. José se graduó del colegio y tan solo con 18 años ya era la segunda opción del arco azucarero, disputando incluso más de 10 partidos en toda la campaña 2013.
En el 2014, el golero titular Faryd Mondragón estaba cerca al retiro, por lo que la confianza en José fue aún mayor. Para su mala suerte, en el mejor momento de su carrera, sufre una lesión que lo marginó del equipo principal durante algunas semanas. José volvió, fuerte y determinado para los cuadrangulares decembrinos, donde su carrera daría un giro.
En el primer encuentro, Cali perdería con Medellín 3-2 en un juego apretado, pero toda la esperanza azucarera se depositaría en el segundo partido contra las Águilas Doradas en el Pascual Guerrero, encuentro en el que José fue titular. Lamentablemente, cometería un error garrafal en el primer gol contrario y el partido finalizó con un triste empate a dos.
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Este error le costaría la confianza en el equipo de sus amores y partió cedido a la B, donde estuvo con el Deportivo de Cali. Después volvería a primera división a tener cortos periodos en Patriotas y Equidad, donde sólo disputaría un puñado de partidos.
Tras sus poco fructuosos pasos por el altiplano cundiboyacense, José vivió la etapa más complicada de su carrera cuando recaló en suelo heroico para jugar en el Real Cartagena, donde no triunfó a causa de la difícil adaptación y algunos temas extradeportivos que no le permitieron exhibir sus condiciones. Tras este difícil paso, José estuvo seis meses sin equipo.
Pero su reivindicación por fin vendría, pues en 2019 es contratado por el Bogotá FC de la B colombiana, donde rápidamente ganó el puesto e incluso llegó a ser capitán del conjunto capitalino en múltiples ocasiones. En Bogotá lleva año y medio y, en diciembre del año pasado, concluyó la mejor campaña del Bogotá en toda su historia como uno de sus referentes.
Actualmente vive tranquilo, contento con la reivindicación que le ha dado el deporte rey. Comparte su hogar con Aldair Zárate, uno de sus compañeros de equipo, además de su novia y su perro, quien le inspira una enorme pasión por ayudar a los animales desamparados. Si bien se siente cómodo en la capital, es imposible ocultar las ganas de regresar y triunfar en el equipo que lo vio nacer.