Mauricio Pochettino, en la baraja para sustituir a Zinedine Zidane en Real Madrid
El técnico de Tottenham siempre ha sido del gusto de Florentino Pérez, presidente del conjunto blanco.
Hace una semana, el Tottenham Hotspur anunció con orgullo la renovación del entrenador argentino Mauricio Pochettino y de su cuerpo técnico hasta el año 2023. Siete días después, Zinedine Zidane comunica que deja el Real Madrid, y el nombre del técnico de Murphy vuelve a sonar con fuerza para el banquillo, ahora vacante, del estadio Santiago Bernabéu.
Pochettino, de 46 años de edad, siempre se ha dejado querer por el conjunto 'blanco' y a Florentino Pérez siempre le ha gustado. El pasado mes de enero, con el Real Madrid languideciendo en Liga y eliminado de la Copa del Rey, el nombre del técnico argentino fue uno de los que se relacionó con el Paseo de la Castellana.
Fue, precisamente, en el Santiago Bernabéu, donde su Tottenham Hotspur hizo uno de los mejores partidos de la temporada y firmó un valioso empate que, unido su triunfo sobre el Madrid en Wembley, le ayudó para acabar en primera posición en su grupo de la Liga de Campeones.
Preguntado hace cinco meses sobre los rumores que lo vinculaban con el equipo 'blanco', Pochettino se mostró abierto "un día" a la posibilidad, al tiempo que descartó categóricamente sentarse en el banquillo del Barcelona. "Voy a ser muy claro: no voy a ser nunca entrenador del Barcelona o del Arsenal porque me identifico mucho con el Espanyol y el Tottenham. Crecí en Newell's Old Boys y, por ello, no voy a dirigir nunca a Rosario Central", afirmó.
"Esa es mi decisión, y prefiero trabajar en mi granja en Argentina que en algunos sitios (clubes). Pero reitero que mi compromiso con este club es enorme. Estoy trabajando como si me fuera a quedar aquí para siempre", prosiguió el de Murphy.
"Pero, al final, los entrenadores son como los jugadores y nunca sabes qué va a pasar en el fútbol. Siempre hay muchos rumores. En este deporte se viven situaciones muy inestables", apuntó.
Eso fue a finales de enero. Cinco meses más tarde, Pochettino cerró la campaña con el Tottenham en un meritorio tercer lugar en la Premier League, con clasificación directa para la próxima edición de la Liga de Campeones, y cayendo ante el Manchester United en semifinales de la FA Cup (Copa de Inglaterra).
En la recta final de temporada, el argentino lanzó un 'órdago' al presidente del club, Daniel Levy, al que le exigió compromiso e inversión para "dar un paso más" para intentar mantener al club con los 'grandes' e, incluso, poder soñar con la liga o la Champions League.
Levy, poco dado a los grandes dispendios -tanto en fichajes como en salarios- y cuidadoso como pocos con las cuentas, pensó y reculó al ver que la amenaza de Pochettino iba en serio, antes de darle garantías de que la inversión veraniega no sería un problema.
La lucrativa renovación del argentino -cobrará en torno a los 8,5 millones de libras al año, siendo el tercer entrenador mejor pagado en la Premier League tras Pep Guardiola y José Mourinho- y la inminente inauguración del nuevo y flamante estadio, con capacidad para casi 62.000 personas, auguraban un futuro brillante para los 'Spurs'.
"Estoy honrado por haber firmado un nuevo contrato de larga duración ahora que vamos a afrontar uno de los momentos más importantes en la historia del club y por ser el entrenador que liderará al equipo en ese momento trascendental", declaró 'Poche' tras firmar la renovación, en la que se rumorea incluyó una cláusula liberatoria si le llamaba el Real Madrid.
"Daniel (Levy) y yo hemos hablado mucho sobre las aspiraciones de este equipo de fútbol. Ambos compartimos las mismas filosofías para conseguir éxito en el futuro. Éste es un club especial, en el que intentamos ser creativos tanto dentro como fuera del terreno de juego y en el que seguiremos manteniendo nuestros principios para conseguir el éxito que merece", añadió.
Con la renovación de Pochettino, quien lleva en el norte de Londres desde mayo de 2014, parecían acabados los rumores sobre su continuidad en el club. La repentina marcha de Zidane, sólo cinco días de levantar en Kiev su tercera Copa de Europa consecutiva, ha hecho que vuelvan ahora con más fuerza que nunca.