Así operaba la red de corrupción para ingresar a universidades élite de EE.UU.
Varios famosos resultaron salpicados en este escándalo que se conoce como 'Varsity Blues'.
El pasado 12 de marzo se llevó a cabo un operativo en Estados Unidos que permitió destapar el caso Varsity Blues, uno de los mayores escándalos de corrupción en el sector de la educación que terminó salpicando a empresarios y hasta personalidades de la política, el espectáculo y del mundo deportivo.
Varsity Blues consistió en millonarios sobornos que pagaron padres de familia, entre ellos famosos como las actrices Felicity Huffman y Lori Loughlin, para que sus hijos pudieran ingresar a universidades de prestigio de Estados Unidos como Stanford, Georgetown, Yale, Universidad de Texas, Wake Forest o la de California en Los Ángeles, a las que - hasta destaparse este entramado - se creía que solo se entraba por méritos.
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Sin embargo, estos padres en su afán porque sus hijos estudiaran en instituciones de prestigio pagaron entre 45.000 dólares hasta 400 mil dólares, aproximadamente 1.200 millones de pesos colombianos, a unos interventores que les garantizaban que su hijo "alcanzaría" a como diera lugar los puntos en conocimiento para ingresar a dichas instituciones.
¿Cómo operaba?
Para ingresar a estas universidades se debe contar con cierto puntaje en el examen de ingreso o tener aptitudes deportivas. Por eso, esta red de corrupción hacía fraude en los exámenes de ingreso a través de dos formas:
La primera era que los padres pagaban un monto a Edge College & Career Network, una empresa que ofrecía "preparar" a los jóvenes para presentar las pruebas en esas universidades élite. Cuando se llegaba el día de presentar la prueba, examen que se realiza un solo día con todos los aspirantes, comenzaba a operar la red de corrupción.
Una de las opciones era que pagaban para demostrar por qué el aspirante no había podido asistir ese día y lograban una autorización para que se presentara días después en un examen individual, en el que sobornaban a los que estaban encargados de supervisar el examen para que lo realizara una persona diferente a la que estaba inscrita y así lograr el puntaje requerido.
Otra opción era presentarse el día previsto para el examen con todos los aspirantes, pero pagaban a esos supervisores de la prueba para que permitieran que el inscrito hiciera copia o les 'soplaran' las respuestas.
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Estas dos eran las opciones para ingresar por "méritos", sin embargo estaba otra opción que era un tanto más fácil pero más costosa. Esta red pagaba a los entrenadores deportivos - encargados de dar el sí a esos aspirantes que buscan entrar por sus aptitudes para el deporte - para que admitieran a esos jóvenes en la universidad sustentando que cumplían con esa característica.
En uno de los casos se pagó 400.000 dólares a un entrenador de la Universidad de Yale para que aceptara a un estudiante bajo esta modalidad.
La investigación del FBI determinó que estos actos de corrupción se venían llevando a cabo desde 2011 hasta febrero de 2019 cuando se destapó el escándalo. Además se logró determinar que las universidades también fueron víctimas y no tenían conocimiento de este caso de corrupción que se estaba presentando.
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Hasta el momento han sido capturadas 50 personas, entre ellos William "Rick" Singer, presidente de Edge College & Career Network, 13 entrenadores y 33 padres de familia. El operativo continúa, así que la cifra de detenidos puede aumentar.
Singer, quien aceptó la culpabilidad en haber gestionado dichos fraudes, además se enfrenta ahora a una investigación por lavado de dinero y evasión de impuestos porque al parecer a través de su fundación Key Worldwide recibía la suma millonaria pagada por los padres haciendo pasar este dinero por "donaciones". Demostrando que eran donaciones, Singer logró evadir impuestos por este dinero.