Padres se quejan de falta de recursos para mandar tareas de niños, pero permanecen en redes sociales: docentes
"Si pueden tener datos para subir estados, y manejar redes, podrían usar lo mínimo de esos datos para enviar las tareas", reclaman.
El reinicio de clases en Colombia, especialmente en jardines y colegios, desató de nuevo una fuerte polémica por la virtualidad en que deben arrancar las actividades, debido a la alta cifra de contagios que registra el país por la pandemia de coronavirus.
La educación a distancia se encuentra dentro de las problemáticas y dificultades que exponen varias familias en el país, al reclamar que la virtualidad afecta el desarrollo de sus hijos y genera una brecha académica debido a los recursos con que cuenta cada estudiante.
Esta situación es ampliamente conocida por parte de entidades encargadas de velar por el derecho a la educación; sin embargo, han surgido varias reacciones que ponen contrapeso a las quejas de los padres y/o acudientes, especialmente en lo que tiene que ver con recursos para cumplir con las actividades.
Pues muchos docentes y directivos académicos coinciden en que, aunque hay varios casos en que las necesidades son evidentes e impiden el desarrollo de la educación a distancia en los estudiantes, hay otros casos en que la problemática está en los padres que no brindan acompañamiento a sus hijos y “se excusan en la falta de recursos para justificar su conchudez”.
En diálogo con LA FM, varias instituciones revelaron casos en los que, pese a buscar distintas estrategias de educación, comunicación y envío de tareas, aun así las actividades de los alumnos “brillan por su ausencia”.
Esto, hablando especialmente de alumnos de primaria quienes, según explicaron los docentes, necesitan la atención y guía de un adulto para poder conectarse a una clase o poder realizar una tarea, tal como se hacía en la presencialidad.
"Esto suponiendo que se cumpla le ley de que menores de 14 años no deben acceder solos a internet, sin embargo tenemos muchos estudiantes de edades inferiores que ya tienen WhatsApp y redes sociales personales", dijo una profesora.
“Por eso no calificamos tanto la asistencia a clases virtuales porque sabemos que muchos niños están solitos durante el día, pero hay casos en que ni siquiera le dirigen las tareas, que no son ni en computador ni en línea sino en su cuaderno, y en cualquier horario, siendo que esto es algo que se supone que realizan desde que la educación era presencial”, expresó Julio Romero, docente de primaria de un colegio en Bogotá.
Agregó que “esto es una prueba de que los padres tampoco ponen de su parte para que sus hijos avancen académicamente”.
Todos los docentes y rectores de varios colegios consultados expresaron que conocen completamente y son conscientes de la dura situación que viven las familias en el país y reconocen que la educación virtual “de la noche a la mañana” no ha sido una tarea fácil, pero también expresaron que “las dificultades de algunos, ha sido aprovechada para justificar la irresponsabilidad de otros”.
Los rectores de varios colegios contaron a LA FM que, tanto en instituciones públicas como privadas del país, han identificado que “el principal problema no es la falta de recursos ya que les damos varias opciones como mandar guías o cartillas físicas, grabamos videos con las clases para quienes no pueden estar en línea e igual enviamos explicación de los temas por escrito y permitimos la recepción de fotos con evidencia de las actividades a través de medios como blog, correo, página web del colegio o incluso por nuestro WhatsApp personal, pero ni así recibimos evidencia sobre el trabajo en casa de los alumnos”.
“Tenemos varios ejemplos en que entregamos, gratis, cartillas físicas a todos los estudiantes donde cada tema tiene ejemplos y explicación, y al finalizar cada clase pedimos que de tarea realicen determinada actividad en la cartilla y envíen una foto; pero las fotos nunca llegan”, coincidieron varios docentes de colegios del Distrito.
Al insistir en la falta de colaboración e interés por parte de los padres, los docentes también expresan que el hecho de brindar varias opciones y aun así no recibir respuesta, es una prueba más sobre la falta de interés de los padres por ayudar a sus hijos a avanzar en los procesos.
“Hay muchos casos en que uno busca al padre de familia para preguntar por qué lleva una semana, o 15 días o un mes sin enviar fotos de las tareas de su hijo y la respuesta es que no tiene ni computador ni internet, sabiendo que la tarea la debe realizar es en la guía física o el cuaderno y la foto la puede enviar por WhatsApp. Y uno va y mira y todo el tiempo permanece conectado al WhatsApp y subiendo estados de salidas, paseos, almuerzos, etc..”, contaron los docentes.
Frente a esta expresión, los profesores explicaron que respetan la vida personal de cada padre y son “conscientes que con su tiempo y su WhatsApp pueden hacer lo que quieran, pero si pueden tener datos para subir un estado, podrían usar lo mínimo de esos datos para enviar las tareas, incluso, si no tienen internet para mirar las actividades, nosotros por WhatsApp las hemos enviado, pero eso solo demuestra que estamos haciendo parte de su conchudez”.
Al analizar estas situaciones, que evidentemente no ocurren con toda la población educativa de Colombia, las directivas académicas expresaron que en estos casos identificados “no es que haya falta de recursos y que esto afecte la educación, sino que no hay interés de guiar y colaborar con sus hijos y sus procesos educativos, ya que vieron en los colegios la guardería donde el profesor tiene absolutamente toda la responsabilidad de sus hijos”.
Los profesores reconocieron que la pandemia puso una dura prueba a la educación, de la que reconocen que hay familias y estudiantes que en realidad no cuentan con recursos para el desarrollo de sus actividades, pero aseguraron que a diario trabajan para buscar soluciones a estas personas y así disminuir la brecha educativa que presenta la virtualidad.
“Hay casos que son reales, existen y son muchos los estudiantes que no tienen los medios, pero, curiosamente, hemos tenido casos en que esos estudiantes sin recursos son los más interesados en buscar las formas de avanzar académicamente y sus padres son los más afanados por hacernos llegar los trabajos de sus hijos y para esos padres responsables, el no tener computador o internet no ha sido un obstáculo para cumplirnos”, dijo Sonia Palacio, docente de primaria.
Jairo Daza, coordinador de un colegio, recordó los destacados puntajes en las pruebas Saber 11, que evidenciaron que, pese a la virtualidad y dificultades, se logró demostrar un buen nivel académico. “Tenemos el ejemplo de tres Icfes perfectos en medio de educación virtual, un puntaje que no se veía hace más de cinco años”.
Finalmente, las directivas y docentes insistieron en que son conscientes de muchas situaciones que se presentan en cada familia y aseguraron que trabajan por brindar todas las opciones a favor de los alumnos, pero hicieron un llamado a los padres a “tomar conciencia sobre la importancia de asumir el rol responsable frente a los estudiantes para brindar mayor apoyo y acompañamiento a sus hijos, contribuyendo a que la experiencia educativa no se torne desinteresada”.
Además pidieron dejar de lado “ese mal mensaje que están dando a sus hijos al excusarse en la falta de recursos cuando, las encuestas nos indican que en las familias cuentan con mínimo un celular con plan de datos; pero en lugar de sacar un espacio para la parte académica, todo lo ocupan en redes sociales, porque es la evidencia que tenemos”.