Ahora se puede conocer la Capilla Sixtina a través de efectos especiales
El espectáculo será programado también a escolares y seduce con el místico preludio cantado en latín por Sting.
Se trata de una experiencia especial ya que tanto el escenario como las paredes y el techo del teatro han sido equipados con lienzos para proyectar fotografías en alta definición proporcionadas por los Museos del Vaticano.
El objetivo es transmitir la sensación de estar sentado en medio de la magnífica capilla con una visión a 270 grados.
Entre los jardines del Edén, Adán y Eva bailan mientras una exuberante vegetación sube por las paredes laterales hasta el techo.
El arca de Noé zarpa en medio de la tormenta, mientras el diluvio castiga a los humanos.
"Tratamos de aplicar nuestro lenguaje tecnológico a un monumento de la Humanidad", explicó Balich.
Los bloques de mármol se deslizan misteriosamente sobre el escenario y aparece un actor que encarna a Miguel Ángel, frente a una enorme roca sin forma.
"Todo está allá adentro ... busco la belleza, la belleza es todo para mí, es mi obsesión", dice una voz fuera de campo. De ese monolito surgirá luego una escultura.
Tras esa génesis, aparece el papa Sixto IV (1471-1484), quien decide restaurar una capilla medieval a la que le da luego su nombre. Para ello llama a grandes artistas de su tiempo como Perugino, Botticelli y Ghirlandaio, cuyas pinturas bíblicas aparecen en las paredes laterales.
En 1508 llega el florentino Michelangelo Buonarroti, de 30 años, para decorar con frescos el techo de ese espacio monumental a pedido del papa Julio II (1503-1513).
Conocido como escultor reconoce que será una locura pintar 1.000 metros cuadrados de techo (500 días hábiles de trabajo) sin conocer las técnicas de los frescos.
Treinta años más tarde, otro papa, Clemente VII (1523-1534), le solicitará un fresco para el altar mayor, el Juicio Final, será su obra maestra.
Seducir a los jóvenes
"Quiero comunicar con las generaciones más jóvenes para que entiendan que la belleza y el arte son valores importantes para entender las propias raíces", aseguró Balich.
"Sesenta minutos es la capacidad de atención de las generaciones más jóvenes, si hablamos bien despertaremos su curiosidad", sostiene.
El espectáculo será programado también a escolares y seduce con el místico preludio cantado en latín por Sting.
Didáctico, imbuido de espiritualidad, el texto no peca de ligereza. Un espectáculo opuesto al musical "Divo Nerone", financiado por la alcaldía de Roma, sobre la vida del emperador, y que fue todo un fracaso de críticas y de público.
"El Juicio Final - Miguel Ángel y los secretos de la Capilla Sixtina", cuya preparación duró dos años y medio, costó 9 millones de euros provenientes de fondos privados.
Con información de AFP