Brizé gusta mucho en el Cannes más político con una dura historia social
El francés Stéphane Brizé gustó mucho hoy en el Cannes más político de los últimos años con "En guerre", una película que complementa su anterior trabajo, "La ley del mercado", dando otra visión de los conflictos sociales, esta vez centrado en un colectivo de trabajadores y no en un individuo.
Protagonizada de nuevo por Vincent Lindon -que ganó el premio de interpretación masculina en Cannes por "La ley del mercado" en 2014- Brizé ha querido demostrar que la ficción tiene legitimidad "para aclarar lo que no cabe en los reportajes periodísticos".
Porque aunque tiene un inicial tono de documental y utiliza actores no profesionales, Brizé ha querido transmitir una idea de realidad pero a la vez ahondar más en casos que en las noticias pronto desaparecen.
"Además la cámara de cine puede llegar a sitios donde los reportajes no llegan", dijo en rueda de prensa Brizé, que destacó que "la ficción sirve para contar la realidad", que es justamente el tipo de cine que él realiza.
Si en "La ley del mercado" contaba la historia de un hombre (Lindon) que había perdido su trabajo, ahora ese mismo actor es el protagonista como el líder de los trabajadores de una fábrica ubicada en Francia contra la central alemana, que pretende cerrarla pese a que obtiene beneficios.
"Los reportajes no entra en las discusiones, en el momento en el que el sufrimiento se transforma en cólera, nunca muestra esas imágenes de la gente después de quedarse en el paro", resaltó Brizé.
Eso es lo que muestra en "En guerre", una historia coral sobre la reacción de un colectivo y que cuenta con algunas escenas que demuestran de manera brutal la pérdida de derechos y de dignidad de los trabajadores de esa fábrica en Francia, situación que se puede extrapolar a muchos otros países.
"No tengo imaginación, pero sí me gusta observar", señaló el realizador, a quien le gusta nutrirse de la realidad para construir sus películas.
"Este filme es la manera de un director o la mía, de hacer política en el gran sentido del término", dijo, por su parte Lindon, quien resaltó que el delegado general de Cannes, Thierry Frémaux o el presidente del festival, Pierre Lescure, al seleccionar esta película también "están haciendo política".
"Hay que mostrar al mundo entero lo que pasa hoy y hay que usar el cine para mostrar que la cultura es importante, que podemos despertar y advertir a la gente de lo que pasa en el mundo a través del trabajo de directores que trabajan para explicar los antes y después", explicó el actor.
"Estoy orgulloso de poder intentar ayudar a gente que está en más dificultades o en una situación más débil que la mía", dijo Lindon, que aseguró que su pasión es "la gente", hablar y discutir, más que viajar o visitar grandes museos.
A través de esas charlas con trabajadores en paro, pero también con empresarios o políticos, el actor y el director construyeron una película que "transmite la cólera del grupo", indicó Brizé.
"Yo he nacido enfadado", reconoció el realizador, que ha querido hacer de su carácter algo útil con su cine, en el que vuelve toda esa ira para contar los problemas de otros.
Con información de EFE