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El rey Carlos III rompió un protocolo real con el equipo femenino de Rugby de Nueva Zelanda

El rey Carlos III desafía las estrictas normas reales al mostrar una conexión especial con las deportistas de Nueva Zelanda.

Publicado:
Actualizado:
Lunes, Septiembre 16, 2024 - 14:38
Coronación rey Carlos III
Coronación rey Carlos III
Foto: AFP

El 11 de septiembre de 2024, el Palacio de Buckingham fue escenario de un encuentro memorable entre el rey Carlos III y las Black Ferns, el equipo femenino de rugby de Nueva Zelanda. Las jugadoras, que se preparaban para enfrentarse a las Red Roses de Inglaterra en el Allianz Stadium de Londres, protagonizaron un momento inusual en la historia de la monarquía británica.

¿Por qué el rey Carlos III rompió el protocolo real?

Durante la reunión, el equipo neozelandés sorprendió al monarca con un abrazo grupal, un gesto que rompió el tradicional protocolo real, el cual prohíbe el contacto físico no autorizado con la realeza. El encuentro, que inicialmente tuvo un carácter formal, rápidamente se tornó en un momento distendido y afectuoso que capturó la atención de medios y público.

Según la revista People, el momento clave surgió cuando Ayesha Leti-I’iga, jugadora de las Black Ferns, hizo una petición inusual al monarca: “Sí, todas queríamos un abrazo, pero sólo si a usted le parece bien”, comentó con una sonrisa, lo que generó el entusiasmo de sus compañeras. Carlos III, con una actitud abierta, respondió: "¿Un abrazo? ¿Por qué no?", permitiendo que las jugadoras lo rodearan en un gesto de afecto grupal.

El monarca, conocido por su carácter accesible, bromeó tras el abrazo diciendo que se sintió “como ser aplastado por un scrum”, en alusión a una de las jugadas típicas del rugby. Este comentario fue recibido con risas por el equipo, consolidando el ambiente relajado y cordial de la reunión. La BBC también destacó la reacción positiva del rey ante la espontaneidad de las deportistas.

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El gesto de Carlos III no solo rompió con las normas que tradicionalmente regulan el protocolo real, sino que también reflejó una faceta más cercana y moderna de su reinado. A lo largo de los años, el rey ha mostrado una disposición a flexibilizar ciertas normas, priorizando la empatía y el trato humano en sus interacciones.

¿Cuál es el protocolo real?

El protocolo británico establece que es el monarca quien debe iniciar el contacto físico, generalmente con un apretón de manos, mientras que los abrazos y otros gestos de mayor cercanía están reservados para familiares o situaciones excepcionales. Sin embargo, Carlos III ha mostrado en diversas ocasiones que está dispuesto a dejar de lado estas reglas en momentos que lo ameritan, demostrando una actitud abierta y cercana.

Durante la conversación con las jugadoras, el rey expresó su tristeza al informar que ni él ni su esposa, la reina Camilla, podrán viajar a Nueva Zelanda para presenciar el resto de los partidos de las Black Ferns. Esta decisión responde a las restricciones médicas impuestas al monarca debido a su reciente diagnóstico de cáncer, una enfermedad de la que aún no se ha recuperado por completo.

El encuentro tuvo lugar antes del esperado enfrentamiento entre las Black Ferns y las Red Roses, uno de los partidos más importantes del rugby femenino, y dejó una impresión significativa, no solo por el gesto del rey, sino también por la forma en que Carlos III abordó la ocasión con simpatía y naturalidad. El abrazo grupal rompió las convenciones tradicionales y mostró al rey como un líder moderno, capaz de conectar de manera afectuosa con quienes lo rodean.

Un momento adicional destacó cuando una jugadora del equipo, que no había participado en el abrazo grupal, se acercó de manera individual al monarca para pedirle su propio abrazo. Carlos III, con la misma disposición y una sonrisa, accedió sin dudarlo, cerrando el encuentro de manera cálida y simbólica.

 

Este gesto del rey Carlos III con las Black Ferns evidenció una nueva faceta de la monarquía británica, en la que la cercanía y el respeto mutuo prevalecen sobre el rigor del protocolo. En un ambiente que tradicionalmente ha sido formal, este tipo de interacciones muestran que la empatía y el contacto humano pueden ser los verdaderos protagonistas, incluso en los espacios más ceremoniales.

Fuente:
Sistema Integrado Digital