Javier Acosta recibe un adiós lleno de amor de los hinchas de Millonarios: así fue la emotiva despedida
Javier Acosta recibió un adiós conmovedor de sus compañeros de barra, quienes se reunieron fuera del hospital para mostrar su apoyo.
Esta semana, el mundo del entretenimiento y el fútbol colombiano se ha visto conmovido por la noticia de la inminente eutanasia de Javier Acosta, un ferviente hincha del club Millonarios. Acosta, una figura destacada entre los seguidores del equipo, había estado luchando durante cinco años contra una grave enfermedad causada por una bacteria que deterioró su salud.
Después de soportar prolongados dolores físicos y la angustia de pasar gran parte de su vida en un hospital, Javier Acosta eligió una muerte digna. A sus 36 años, el viernes 30 de agosto, el joven aficionado al equipo azul se sometió a la eutanasia para poner fin a su sufrimiento.
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La ausencia de Javier deja un profundo vacío en su familia, entre sus amigos y en la hinchada de Millonarios, que compartió con él tanto las alegrías como las tristezas del equipo bogotano. En sus últimos momentos, Acosta recibió el apoyo constante de miles de seguidores, quienes le expresaron su solidaridad de diversas maneras.
¿Cómo fue la despedida de los hinchas de Millonarios a Javier Acosta?
El jueves por la noche, en las horas previas a la intervención, cientos de hinchas de Millonarios se congregaron en el Hospital San Ignacio de la Universidad Javeriana para rendir homenaje a Javier Acosta. Equipados con instrumentos, banderas y, sobre todo, con una potente voz, los seguidores del club entonaron cánticos como “Oh, Javi sigue aquí, Javi sigue aquí”. Este acto de solidaridad se convirtió rápidamente en un fenómeno viral, con videos de la despedida recorriendo las redes sociales y recibiendo numerosos mensajes de apoyo.
Este gesto subraya una realidad fundamental: el fútbol es mucho más que un simple deporte. En este caso, ha servido como un vehículo para expresar amor y apoyo a uno de sus propios seguidores en un momento de profunda tristeza y desafío personal.
La noche del jueves, la hinchada de Millonarios organizó un banderazo en honor a Javier Acosta. Este acto, normalmente reservado para celebrar victorias y recibir a jugadores destacados, se transformó en una emotiva despedida para uno de sus propios seguidores. Los aficionados se reunieron con bombos, cánticos y fuegos pirotécnicos, creando una atmósfera digna de las grandes ocasiones futbolísticas, pero en esta ocasión, el objetivo era despedir a un compañero de barra que ha sido una figura emblemática para ellos.
Comandos Azules acompañando a Javier Acosta pic.twitter.com/f5KtqpGeKD
— Millonarios De Colombia (@MillosDColombia) August 30, 2024
Conocido como Javi PK entre sus compañeros de barra, Acosta habló sobre la importancia de respetar la vida y de ser tolerantes. Destacó que “todos no pensamos igual; seamos hinchas y no vándalos. No seamos injustos; todos tenemos una mamá, hijos, hermanos, padres, y ellos son los que sufren”.
Su mensaje también incluyó un llamado a disfrutar de los seres queridos y a valorar cada momento: “Amen su club, su camiseta, honren esos colores de la mejor manera. Hoy se va un hincha, un papá, un barra brava, un hijo. Ustedes que pueden, disfruten cada minuto con su familia, con sus amigos. No esperen a que muera un amigo para decirles que los quieren. Lleven un dulce, una palabra, una atención. Por favor, amémonos los unos a los otros y aprendamos a perdonar”.
La historia de Javier Acosta es un recordatorio conmovedor de cómo el fútbol puede trascender el ámbito deportivo y tocar las fibras más profundas del ser humano. La respuesta de la hinchada de Millonarios demuestra que, más allá de las rivalidades y los 90 minutos de juego, el espíritu de comunidad y apoyo mutuo prevalece.
En medio de la tristeza por la pérdida de uno de sus seguidores más devotos, los hinchas han encontrado una forma de mostrar su solidaridad y amor, reafirmando que, al final, lo que realmente importa es el vínculo humano y el apoyo incondicional. La despedida de Javier Acosta no solo marca el fin de una vida valiente, sino también una celebración de la capacidad del fútbol para unir a las personas en los momentos más difíciles.