La pajarita de 'Hasta que la plata nos separe' confiesa maltrato de su expareja
Liliana González, la actriz colombiana, contó en detalle qué fue lo que ocurrió con su expareja sentimental.
Algunas mujeres prefieren guardar aquellos amargos recursos con sus exparejas, para no atormentarse o simplemente para pasar la página.
Este es el caso de Liliana González, La pajarita de 'Hasta que la plata nos separe', quien recientemente habló sobre el suceso que le marcó su vida y no había querido comentarle a ninguno de sus seguidores.
Le puede interesar: Aura Cristina Geithner y su emotivo mensaje de la fuerza femenina, mientras muestra pierna
La actriz relató cómo fue que conoció a su expareja con el que duró casi cuatro años de relación.
Cuando a ella le salió una novela en Argentina todo se complicó. “Llevaba mucho tiempo haciéndome el feo, no quería irme a visitar, duró mucho tiempo que iba a ir y nunca fue, yo solo le rogaba.”
Asimismo, aseguró que su comportamiento cambió, ya que “empezó a contestarme las llamadas en fiestas a colgarme el teléfono”, dijo González.
Frente a esta situación, en medio de la tristeza, el despecho y la soledad se hizo amiga con un argentino y empezaron a salir, pero ella aseguró que no fue nada serio.
Después de un tiempo, su novio decidió ir a visitarla, pero no fue lo que ella esperaba. “Me metí a la ducha y él se sentó en el computador, dejé el correo abierto y mi amigo me había escrito cosas muy románticas de lo que en realidad teníamos, pero no porque fuera así”.
Y él no tuvo la mejor reacción, porque “se puso loco, muy agresivo, me empujo, me tropecé y me pegué con la pared. Se llevó la plata que me había traído y se fue al aeropuerto y nunca más lo volví a ver”.
Lea también: Por una foto se desataron los rumores sobre una posible depresión en Belinda
Luego de esto, la colombiana decidió enviar un mensaje a todas las mujeres para prevenir estos problemas con sus parejas. “A la primera “cosita” de agresividad, adiós, cortar eso”.
Actualmente está felizmente casada con el actor Gary Forero, después de aquel trago amargo por su relación que no fue como esperaba.