Legendaria actriz de Colombia cuenta que le tocó exiliarse para que no la mataran

Cuando se habla de una de las más grandes referentes de los actores en Colombia es inevitable pensar en Vicky Hernández. 

Con una trayectoria impresionante tanto en cine, como en televisión y teatro, Hernández, de 78 años, es recordada por sus papeles en películas como Cóndores no entierran todos los días (1984), La mansión de Araucaima (1986), Visa USA (1986) y La estrategia del caracol (1993). 

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Vicky ha sido nominada en 6 ocasiones a los Premios India Catalina, ganando 4 de ellas con proyectos como Azúcar (1989), La casa de las dos palmas (1990), Vivir la vida (1991), Escobar el patrón del mal (2012) y La traicionera (2012).

Además de su éxito en los medios audiovisuales, Vicky Hernández también ha dejado una marca indeleble como docente y directora teatral, contribuyendo al desarrollo y formación de nuevos talentos en la escena colombiana.

Pese a su éxito rotundo como actriz, muchos no conocen que Hernández tuvo que afrontar una amarga experiencia por cuenta de las amenazas de muerte que recibió, razón por la que literalmente tuvo que salir corriendo del país para proteger su vida.

Vicky Hernández y su exilio

En una entrevista reciente que dio a La Red, Vicky Hernández, abrió un capítulo doloroso de su vida al revelar que tuvo que exiliarse en 1985 debido a amenazas de muerte, todo desencadenado por su participación en un spot publicitario para la Unión Patriótica.

La afamada actriz compartió el momento crucial que la obligó a tomar la difícil decisión de abandonar su país. "Fui amenazada de muerte. Tuve que salir de una grabación de ‘Romeo y buseta’ para irme a montarme en un avión con lo que llevaba puesto; fue espantoso", confesó la actriz, rememorando un episodio que marcó un antes y un después en su vida.

La situación, originada por su involucramiento en el spot publicitario, la llevó a tomar la dolorosa decisión de separarse de sus hijos, su pareja de entonces, Gerardo Calero, y su entorno. "Fueron 9 meses sin ver a mis hijos y a Gerardo Calero. Mi hijo, Juan Sebastián Calero, tenía 4 años. Eso fue algo que no se sanó; nunca se perdonó. Me fui a España y duré 9 meses volviéndome loca", compartió Hernández.

La actriz describió el exilio como un periodo traumático en el que se vio forzada a enfrentar la soledad y la separación de sus seres queridos. "A un niño a esa edad, dejarlo, como sea es abandono, por eso, costó mucho, ese costo es invaluable, el dejar a mis hijos solos"

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Este revelador relato pone de manifiesto los desafíos personales que enfrentan algunas figuras públicas y artistas comprometidos con causas políticas. La historia de Vicky Hernández resalta la valentía de enfrentarse a situaciones difíciles y cómo el arte a menudo va más allá de los escenarios para impactar la vida de quienes lo protagonizan.