Piers Morgan sale de su programa por criticar a Meghan Markle
El presentador aseguró que no le creía a Meghan Markle casi nada de lo que dijo en la explosiva entrevista.
Continúa la controversia tras la explosiva entrevista que dio Meghan Markle y el príncipe Harry, en la que ella hizo serias acusaciones contra la corona británica, entre ellas que algunos de sus miembros fueron racistas antes del nacimiento de su primer hijo Archie, porque les preocupaba su tono de piel.
La reina Isabel II reaccionó hasta 36 horas después de la entrevista de dos horas, y a través de un comunicado del palacio de Buckingham aseguró que "toda la familia se entristece al conocer lo difícil que han sido los últimos años para Harry y Meghan" y que se tomarán "muy en serio" las acusaciones de racismo hechas por la exactriz estadounidense, que es mestiza, y se comprometió a que sean tratadas "por la familia en privado", pero dejó claro que "los recuerdos pueden variar" en función de las personas.
Esta bomba contra la familia real británica ha causado controversia en Reino Unido, y ya comenzaron a rodar cabezas en los medios de comunicación por sugerir que no creen en los señalamientos de Markle.
Esto pasó con el presentador televisivo Piers Morgan, quien tuvo que abandonar su programa matinal 'Good Morning Britain' en el canal ITV tras criticar duramente a Meghan.
Morgan, que conoce a la duquesa de Sussex de su época de actriz, dijo en directo que no creía que Markle hablara en serio cuando mencionó el suicidio en su entrevista, lo que provocó un alud de protestas de telespectadores.
On Monday, I said I didn’t believe Meghan Markle in her Oprah interview. I’ve had time to reflect on this opinion, and I still don’t. If you did, OK. Freedom of speech is a hill I’m happy to die on. Thanks for all the love, and hate. I’m off to spend more time with my opinions. pic.twitter.com/bv6zpz4Roe
— Piers Morgan (@piersmorgan) March 10, 2021
En un reciente tuit, el presentador aseveró que se mantiene en que no le cree a Meghan y que se siente orgulloso de haber sido tendencia en redes sociales y romper el rating por primera vez.
"El lunes dije que no le creía a Meghan Markle en su entrevista con Oprah. He tenido tiempo de reflexionar sobre esta opinión y todavía no lo hago. Si lo hizo, está bien. La libertad de expresión es una montaña en la que estoy dispuesto a morir. Gracias por todo el amor y el odio. Me voy a dedicar más tiempo a mis opiniones", expresó.
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Durante la entrevista con Oprah Winfrey, Meghan, de 39 años, dijo haberse sentido tan infeliz durante su vida en palacio que llegó a pensar en el suicidio. Y aseguró que cuando dijo a la familia real que estaba sufriendo y necesitaba ayuda psicológica, le contestaron "que no sería bueno para la institución".
The two big questions from THAT interview:
— Piers Morgan (@piersmorgan) March 8, 2021
1) Who was allegedly racist to Harry about his baby?
2) Who allegedly told Meghan she couldn't have any help when she told them she felt suicidal?
The Sussexes could prevent a lot of damaging rumour-mongering if they tell us. pic.twitter.com/SONT1BlflY
A su juicio, ambos pudieron haber resuelto las dos grandes preguntas que hoy dejaron a la corona en tela de juicio. "¿Quién fue presuntamente racista con Harry al hablar sobre su bebé?, ¿Quién supuestamente le dijo a Meghan que no podía recibir ninguna ayuda cuando les dijo que quería suicidarse? Los Sussex podrían evitar muchos rumores dañinos si nos lo dicen".
Además cuestionó que hayan hecho estas acusaciones cuando el príncipe Felipe está hospitalizado.
Los británicos se mostraron divididos ante estas acusaciones, principalmente en función de la edad. Según un sondeo realizado a más de 4.600 personas por YouGov, el apoyo a los duques de Sussex es más fuerte entre los jóvenes de 18 a 24 años (48%) que entre los mayores de 65 (9%). Estos últimos están en un 55% a favor de la familia real, frente al 15% de los más jóvenes.
La entrevista fue mejor recibida en Estados Unidos, donde incluso la Casa Blanca de Joe Biden saludó la "valentía" de Harry y Meghan al "hablar de sus propias luchas con la salud mental y relatar su historia personal".
Entre tanto, el primer ministro conservador británico, Boris Johnson, no quiso entrar en la polémica sobre la entrevista y las acusaciones de racismo, limitándose a decir que "siempre ha sentido la mayor admiración por la reina".
Sus dos horas de confesiones íntimas fueron vistas por 11 millones de personas en el Reino Unido y 17 millones en Estados Unidos.