'Yo soy Betty, la fea' y la terapia para superar una tusa

'Yo soy Betty, la fea' se emitió hace casi 20 años y, a pesar de eso, sigue generando emociones. El capítulo emitido este martes es un gran ejemplo: en Twitter muchos están discutiendo sobre cuál es la mejor forma para superar una tusa.

Beatriz Pinzón Solano, después de revelar la verdad sobre Ecomoda y contarle a Marcela Valencia el engaño de Armando Mendoza, se fue a Cartagena con Catalina Ángel. Allí ha empezado su cambio físico y conoció a Michel, el atractivo francés que, para muchas personas, debió quedar como novio de Betty. 

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Sin embargo, Betty aún está muy dolida por el engaño de Armando y no lo ha perdonado. Es algo que la atormenta. Por esa razón, Catalina le preparó una especie de terapia especial. La llevó a un sitio alejado de la playa y le pidió que imaginara a Armando y que, además, imaginara lo que quisiera decirle, todo para dejarlo ir, para soltar.

Betty empezó a ver una especie de alucinación: un Armando Mendoza imaginario, vestido de blanco, caminaba sobre las aguas hasta acercarse a Betty. Ella lo tomó del rostro y le dijo: "En medio de todo el dolor, no le deseo nada malo. Deseo que siga su camino en paz, pero lejos de mí. En medio de todo el amor que me nació por usted y en medio del dolor, lo perdono. Y deseo que se vaya de mi vida sin odias y que con la misma dulzura con la que entró se vaya. Ya puede irse, don Armando".

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La imagen desapareció y Betty se veía más tranquila, lista para regresar a Bogotá, donde tendrá que encarar a la junta directiva de Ecomoda, que la espera.