La Operación Orión: el relato de tres mujeres que vivieron para contarla
El 16 y 17 de octubre de 2002 se llevó a cabo un operativo militar en la Comuna 13 de Medellín que marcó una historia negra para Colombia.
“La incursión fue en la madrugada. Llegaron. Se sintió una presencia fuerte de personas caminando por los senderos, por las vías, y sacando personas de las casas. Cuando nos dimos cuenta de eso, lo que hicimos en ese momento fue resguardarnos debajo de las camas, esperar y rogarle a Dios que no nos pasara nada”.
Aquel 16 de octubre de 2002, la señora Martha Cecilia vivió su propio apocalipsis. “Cuando ya aclaró el día, los grupos que estaban presentes en la zona empezaron a hacer un proceso de defensa. Unos y otros, de manera indiscriminada a toda la población civil, sin distinguir al uno y al otro, empezaron a disparar. Luego, con un helicóptero empezaron a rodear la zona, a hacer disparos. Ahí fue donde cayeron una cantidad de civiles inocentes en ese objetivo militar que era recuperar la zona. Y lo lograron, pero ¿a cuenta de qué?”.
Martha Cecilia Rugeles, sobreviviente de la Operación Orión
Es el relato de Martha Cecilia Rugeles, una habitante de la Comuna 13, en Medellín, que hace 16 años vivió un infierno cuando su sueño se vio interrumpido por las ráfagas. Entre el 16 y 17 de octubre de ese año, el Ejército y la Policía incursionaron en la Comuna 13 de Medellín con la supuesta intención de recuperar la institucionalidad de un territorio plagado de actores ilícitos. No obstante, las imágenes y los relatos de quienes lo vivieron dan cuenta de una supuesta alianza con grupos paramilitares que terminó propiciando abusos, desapariciones y muchas preguntas sobre las cuales las víctimas siguen exigiendo respuestas.
“Soy habitante de la Comuna 13 hace más de 20 años. Viví, padecí, estuve presente cuando fue la incursión militar llamada Operación Orión. Soy defensora de derechos humanos de la Comuna 13 desde la promoción, la prevención y la protección de los derechos. Aunque la protección es más del Estado. Nosotros, como defensores del territorio, también hacemos defensa de derechos humanos porque nos interesa y no quisiéramos que se sigan presentando este tipo de vulneraciones de derechos a los habitantes”, recuerda la señora Rugeles.
A través de un relato pausado, por momentos nostálgico, recuerda qué sucedió en aquella oportunidad e insiste, en varias ocasiones, en que sobre ella pesa una especie de rompecabezas al que aún le hacen faltan las piezas más importantes, las de la verdad. “La Comuna 13, en ese momento, tenía una presencia muy fuerte de guerrillas, de grupos guerrilleros en la zona, que en ese momento se estaban disputando el territorio, dejando en zozobra a la población civil. Había un abandono completo del Estado porque ni la Policía, ni la otras autoridades, podían ingresar al territorio. Desde allí fue que el Estado puso los ojos en cómo recuperar el territorio. Y me pareció bien, porque se estaba viviendo un para-Estado por la incapacidad del Estado de llegar a este espacio”.
Sin embargo, la intención de tomar el control condujo al abuso. “Había un control completo de los grupos que estaban presentes en la zona. No se movía absolutamente nada sin que ellos tuvieran conocimiento y aprobación. Estamos hablando de que, inicialmente, estuvo el ELN. Estuvieron los Comandos Armados del Pueblo y luego la incursión paramilitar”, agrega la señora Rugeles, quien considera increíble, por no decir menos, haber sobrevivido entre rivalidades armadas tan pronunciadas.
“Vendieron el discurso de que estaban protegiendo a la sociedad, a la comunidad. Esos mismos tres grupos irregulares siguieron el mismo modelo de represión a la Comuna. No podía movilizarme libremente por el territorio y si lo hacía tenía que saber que era a determinadas horas. Tenía que tener en cuenta que si ellos necesitaban un favor ningún habitante del sector se podía negar porque eso tenía consecuencias importantes para su vida”, agregó.
Bajo ese escenario, recuerda, se dio la Operación Orión. Sin distinción, sin preguntar quién era el bueno y quién el malo, llegaron las Fuerzas Militares disparando. El terror se apoderó de sus habitantes y cada quién buscó dónde esconderse. Ella lo hizo bajo la cama. “En la Operación Orión hubo la más alta vulneración de derechos humanos a la población civil de la Comuna 13. Si bien es cierto estas personas ya venían teniendo contacto con la población civil, ya habían establecido vínculos con la población, el Estado llegó juzgándonos a todos como guerrilleros, como malandros, como asesinos. Ni siquiera hizo una distinción sino que empezó a hacer su incursión militar como si toda la Comuna fuera guerrillera, como si toda la Comuna fuera paramilitar. Como si toda la Comuna tuviera que ver con el conflicto”.
Muchas personas murieron, aunque no hay certeza de cuántos seres humanos perecieron. Hoy, la tesis es distinta según a quien se le pregunte. Lo único que tiene claro Martha Cecilia Rugeles es que aún no se tiene razón de decenas de habitantes de la Comuna 13 que vivieron la Operación Orión.
“El número exacto ni siquiera las autoridades lo tienen porque también estamos hablando de las personas desaparecidas. No solo fueron los que asesinaron y las personas que cayeron en el combate, en la incursión militar, sino también las que están aún desaparecidas y por eso está el grupo ‘Mujeres caminando por la verdad’, que todavía quieren y esperan saber qué sucedió con sus hijos”.
El grupo al que hace mención, lejos de diluirse, se ha fortalecido. Los 16 años de la Operación Orión han aumentado las incógnitas y es por ello que 138 mujeres se han concentrado en encontrar las respuestas. “Mi rol es en defensa y promoción de la vida. No podemos seguir avanzando y ser indiferentes ante la realidad de vulneración de derechos que se vive a diario”, señaló.
La señora Rugeles, tras 16 años, no busca responsables, busca la verdad. Y ve una oportunidad en las declaraciones que el general retirado Mario Montoya entregue ante la Jurisdicción Especial para la Paz. El oficial era el comandante de la Cuarta Brigada del Ejército Nacional y comandó la Operación Orión. Meses después, el 29 de marzo de 2003, dirigió la Operación Mariscal, que significó un duro golpe para la guerrilla. Le puede interesar: ¿Qué pasó con los protagonistas de la Operación Orión? Tanto en Orión como en Mariscal siempre se denunció que el uniformado actuó con paramilitares como aliados. En esta última se habló de 88 civiles asesinados según el Observatorio de Paz y Reconciliación.
Luz Helena Galeano, sobreviviente de la Operación Orión
“Yo no podría mencionar a ninguna persona como responsable. Lo único que podría decir es que quien ideó la estrategia de ingresar a la Comuna 13 fue el directo responsable porque no tenía conocimiento del contexto que se vivía y el solo hecho de que la Comuna pasara a ser considerada un lugar donde solo nacen guerrilleros, ya desdibuja lo que es dicha Comuna. Ahora, en este momento, es un espacio donde el arte, la cultura, la música y muchas otras expresiones viven y florecen”, señaló.
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El general Mario Montoya reanudará su versión de lo acontecido el 17 de octubre de 2018, justo en plena conmemoración de los 16 años de la Operación Orión. “Me parece que es un momento muy clave para que nosotros como comunidad podamos entender cuáles fueron las razones que motivaron a que la Operación Orión se llevara a cabo de esta manera y no se tuviera en cuenta a la población y cayeran todos los inocentes que cayeron en ese momento. ¿Cuál era el objetivo de ellos realmente? El general Mario Montoya también estaba cumpliendo unas órdenes, pero antes de cumplir órdenes él también es humano, él también tiene familia. Es un momento importante para nuestra Comuna de conocer esa otra verdad”, aseguró Rugeles.
“Siempre nos hace falta esa otra pieza del rompecabezas. Y que él coloque otra de las piezas que le falta al rompecabezas nos parece fundamental. El rompecabezas se arma con tres piezas: la sociedad civil, los grupos armados y el Estado. Yo diría que si arma completamente el rompecabezas y se dice la verdad podríamos reducir un poquito el dolor y la desesperación que han vivido todas estas madres en busca de sus hijos”, puntualizó.
La Escombrera y un grito desesperado para reanudar las excavaciones
Luz Helena Galeano es víctima de desaparición forzada de la Comuna 13 de Medellín. “Hago parte del colectivo ‘Mujeres caminando por la verdad’. Nuestro trabajo ha sido el tema de la denuncia: 16 años de impunidad y más de 23 operaciones militares que ocurrieron en la Comuna 13. Nos hemos enfatizado mucho en el tema de la verdad, justicia, reparación integral y garantías de no repetición. Y, en última instancia, la búsqueda de nuestros familiares desaparecidos“.
Su esposo, Luis Javier Laverde Salazar, es una de las personas que desapareció de la Comuna 13, al parecer por parte de grupos paramilitares. “En el colectivo ‘Mujeres caminando por la verdad’ trabajamos por nuestros derechos y para que no haya más impunidad. Como es el caso ahora del general (retirado) Mario Montoya, que se ha acercado a la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz) a contar la verdad. Y eso es lo que esperamos nosotros las víctimas, que él en realidad diga la verdad. Qué pasó, por qué pasó, y quienes fueron los responsables. Esas son las expectativas que tenemos muchas de las víctimas a nivel de país“.
Con el colectivo puesto en marcha desde el año 2001 ha trabajado por lograr que se lleven a cabo excavaciones en lugares en los cuales, presume, están restos de sus seres queridos. Conocido ha sido la mención a La Escombrera, una fosa común donde se presume que hay decenas de víctimas de la Operación Orión. No obstate, Galeano da cuenta de más lugares.
“En el año 2015 logramos las excavaciones en la Arenera Agregados San Javier. Aunque no hubo hallazgos de restos óseos fue muy importante para nosotros haber obtenido ese gran logro. Estamos esperando que se reactiven las excavaciones porque es una deuda que tiene el Estado con nosotros, las víctimas. ¿Por qué no se han reanudado las excavaciones? Falta de voluntad política, falta de voluntad del mismo Estado, de la Fiscalía, de la Alcaldía de Medellín“, aseguró.
“En las víctimas, hablamos de La Escombrera, hay un lugar donde no han sido posible hacer las excavaciones porque hoy en día son pisos de escombros. Hay de 300 a 350 personas cuerpos en ese lugar. En el otro lugar, donde se lograron las excavaciones, se dio porque Carlos Villa, alias Móvil 8, confesó que él había asesinado de 50 a 60 personas y las había enterrado en esos lugares. Desde siempre hemos venido denunciando otros lugares clandestinos que hay en la Comuna 13 de enterramiento de personas. No se ha escuchado en forma la voz de las víctimas“, enfatizó. Le puede interesar: Lo que pasó en la Operación Orión, según los paramilitares
¿Ha existido algún tipo de reparación de las víctimas 16 años después? “Fuimos objeto de reparación colectiva, pero aún no nos han dado la oferta institucional. Aún no sabemos cómo será la reparación, pero la verdadera reparación para las víctimas es saber la verdad de lo que pasó. Esa sería una verdadera reparación“.
Finalmente está Mery del Socorro Naranjo. Su relato también se constituye en una súplica de no impunidad. Según dice, la Operación Orión se sigue sintiendo. Y aunque rescata el intento de cambiar la imagen de la Comuna 13, cree que dicho esfuerzo no puede ocultar la compleja situación de orden público que sigue viviendo.
Por Alfonso Rico