Cómo recuperarse de una mala primera impresión

Recuperarse de una primera impresión desfavorable puede parecer una tarea difícil, pero según el psicólogo, publicista, exentrenador de espías Felipe Riaño Jaramillo, es posible con los enfoques adecuados. 

Riaño, en su libro "007 Pasos para persuadir e influir", da algunos consejos para recuperarse de esa mala impresión. 

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• Autoevaluación y aceptación: Lo primordial es encarar la situación con determinación. Analizar detalladamente lo sucedido en esa primera impresión y reconocer los fallos. La autoevaluación es esencial para identificar áreas de mejora y comprender las razones detrás de lo ocurrido. 

• Admitir y disculparse si es necesario: No temer a admitir las equivocaciones y, si es necesario, disculparse. Aceptar los fallos muestra humildad y un genuino deseo de mejorar la percepción que otros tienen. Recuerde, pedir disculpas no denota debilidad, sino fuerza y madurez. 

• No se detenga en el pasado: Una vez que haya aceptado la situación y ofrecido disculpas si es apropiado, es momento de dejar atrás el pasado. Enfocar la energía en acciones positivas que permitan construir una nueva imagen.  

• Ser consistente en las acciones positivas: La coherencia es fundamental. Permanecer firme en las acciones positivas para demostrar sinceridad y confianza. Evitar comportamientos que refuercen una primera impresión negativa, pues cada paso positivo lo acercará más a una nueva percepción. 

• Practique y preste atención al detalle: Al igual que un hábil espía, perfeccione las habilidades mediante práctica y atención al detalle. Cada interacción representa una oportunidad para dejar una impresión duradera y positiva.  

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Felipe Riaño destaca la importancia de evitar ciertas conductas para causar una impresión positiva en el ámbito empresarial. 

“No te muestres demasiado fuerte al principio, evita revelar tu vida secreta en los primeros 5 minutos y sé consciente de cómo tu comportamiento puede ser percibido por los demás, pero sobre todo cuando hables no conviertas la conversación en un interrogatorio, por el contrario, comparte el escenario y escucha con atención como lo hace un agente doble. Que la fuerza y la persuasión estén siempre de su lado”, indica.