Dónde queda el pueblo conocido como el 'pequeño vaticano' colombiano: es un oasis de naturaleza
Aunque es un lugar de clima frío, se destaca por el caluroso recibimiento de sus habitantes. También, es reconocido por su amplio uso de la bicicleta.

En el corazón de Europa, rodeado por la ciudad de Roma, se alza el Vaticano: el país más pequeño del mundo y el centro espiritual de millones de católicos. A pesar de su tamaño, su influencia es inmensa, marcada por su historia, su simbolismo religioso y la solemnidad de sus tradiciones que aún hoy despiertan admiración.
Lo que pocos saben es que, al otro lado del continente europeo, más exactamente en Colombia, existe un pequeño pueblo al que muchos llaman el “pequeño Vaticano”. Con un clima frío y rodeado de naturaleza, este lugar ha comenzado a destacar por su espiritualidad y su atmósfera serena, que invita a la contemplación.
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Entre montañas y caminos silenciosos, este municipio colombiano se ha convertido en uno de los destinos que más curiosidad despierta en el país. Su encanto no radica en la fama ni en la grandiosidad, sino en la forma en que el entorno y la fe se entrelazan, ofreciendo a quienes lo visitan una experiencia profundamente humana.

Dónde queda el pueblo apodado 'el pequeño vaticano' y por qué lo llaman así
A tan solo dos horas de Medellín, entre montañas cubiertas de neblina y campos floridos, se encuentra La Ceja del Tambo, un municipio del Oriente antioqueño que ha sido bautizado por muchos como el “pequeño Vaticano”. Más allá de su apodo, este lugar reúne historia, espiritualidad, paisajes naturales y una calidez humana que atrapa a quienes lo visitan.
El nombre que le han dado no es casualidad: La Ceja alberga una gran cantidad de comunidades religiosas, incluyendo importantes seminarios como el Nacional Cristo Sacerdote —adscrito a la Conferencia Episcopal de Colombia— y congregaciones como los Siervos del Espíritu Santo. Su patrimonio religioso también se manifiesta en sus templos, especialmente la Basílica Menor de Nuestra Señora del Carmen, ubicada en el corazón del pueblo.
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Además, las rutas de turismo religioso se han convertido en uno de sus grandes atractivos, y permiten a los visitantes sumergirse en la tradición y devoción de sus habitantes.

Pero no todo es recogimiento espiritual. A 2.200 metros sobre el nivel del mar, con un clima fresco que ronda los 16°C, La Ceja es también un lugar vibrante, lleno de vida y color. Sus extensos cultivos de flores, en especial las destinadas a la exportación, pintan el paisaje con tonalidades intensas. "Es normal ver a los trabajadores de estos cultivos movilizarse en sus bicicletas hasta su lugar de trabajo", aseguró la página de turismo, Antioquia es Mágica.
Y es que este es también un municipio que respira ciclismo. De acuerdo con el mismo portal, de sus calles han salido campeones mundiales y sus rutas siguen siendo un paraíso para los aficionados a las dos ruedas.
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Qué se puede hacer en La Ceja, Antioquia
Enclavado en el corazón del oriente antioqueño, La Ceja se ha convertido en un destino que enamora a viajeros en busca de naturaleza, tradición y buena comida. Su joya más imponente es el Salto del Buey, una cascada que parece sacada de un cuento, ideal para una caminata ecológica que termina con una vista inolvidable. Pero esa es apenas el inicio de la aventura.

Los que aman la adrenalina pueden lanzarse al vacío en canopy o practicar rappel en el Ecoparque Los Saltos, mientras que el cicloturismo ofrece rutas entre montañas y flores, lo que le permitirá respirar el aire fresco de la región. Para quienes prefieren un ritmo más tranquilo, los senderos y templos de La Ceja ofrecen una experiencia de turismo religioso que conecta con la historia y la fe local.
La Ceja también sabe cómo celebrar: sus ferias, especialmente las Fiestas del Toldo, las bicicletas y las flores, llenan las calles de música, color y alegría paisa. Y cuando cae la noche, la vida nocturna sorprende con bares y cafés que mantienen viva la energía del pueblo. Todo acompañado por una gastronomía que combina lo tradicional con lo gourmet, haciendo de cada visita una experiencia completa.