A una niña de tres años la torturaron hasta la muerte luego de practicarle un ‘exorcismo’
Su madre explicó a las autoridades que el 23 de septiembre del 2021 empezó a sospechar que estaba poseída.
Un escalofriante caso se dio a conocer en los últimos días, cuando una niña de 3 años, de nombre Arely, fue encontrada muerta después de que su familia intentara practicarle un exorcismo, creyendo que estaba poseída.
Se presume que el “exorcismo” duro aproximadamente 12 horas, estaba siendo practicado por la madre, el tío y abuelo de la menor, siendo este último un pastor de la iglesia Apóstoles y Profetas, un templo de la ciudad de San José California, lugar donde se realizó el ritual.
Su madre Claudia Hernández explicó a las autoridades que el 23 de septiembre del 2021 empezó a sospechar que estaba poseída, debido a que se despertaba gritando o llorando en repetidas ocasiones, a partir de este momento decidieron orar junto con su hermano menor, con el fin de liberar la niña del supuesto “ente maligno”, pero al ver que no mejoró, decidieron asistir al templo para buscar más ayuda.
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En este lugar creyeron que la solución era hacerla vomitar a la fuerza en frente del altar, con el fin de que expulsara el “demonio”. A partir de ese momento se conjugó una tortura que llevó a la niña a la muerte.
Diversas versiones dicen que Arely fue llevada a la iglesia pentecostal a las 6:30 de la mañana. Según comentan los acusados, inicialmente la madre sujetó a la joven e intento abrir su boca a la fuerza, pero al ver que no cumplió con el objetivo, los otros dos participantes del ritual decidieron agarrarla por el cuello, el abdomen y las piernas.
En medio del aparatoso relato, René Hernández Santos, tío de la menor comentó que él fue quien tomó a la joven del pecho, cuando lograron su cometido se dieron cuenta que había vomitado un líquido purpura y transparente, mientras tanto la víctima quedó recostada en el piso, en medio de este punto sujetaron a la joven del pecho y la espalda y le hicieron presión durante diez minutos aproximadamente.
Según dice la acusación, “la víctima estaba viva al comienzo del ritual y el acusado cerró los ojos para orar. Al abrir los ojos, creyó que la niña había muerto. Continuaron rezando y no realizaron ninguna medida para salvar la vida de la menor”.
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La versión del abuelo dice que, mientras la niña estaba llorando él siguió orando, además de indicar que en dos ocasiones la consoló y la cargo al otro extremo de la iglesia, pero en este momento no se movía ni respiraba.
Durante el ritual, el padre de los otros dos acusados dice que “la nieta se estaba defendiendo y esto requería que la abrazara muy fuerte”, por esta razón “sujetaba a la víctima con fuerza por el torso, mientras que la madre sostenía sus brazos y el tío sostenía sus pies”.
La Fiscalía indicó, que el acusado dijo que su nieta tenía mucha fuerza, hasta el punto que lo intentó morder, por esta razón decidieron sujetarla. Finalmente, el hombre mayor dice que se fue a responder una llamada y al regresar se encontró con la lamentable escena de su nieta muerta.
A las 8:12 p.m., la Policía de San José recibió una llamada de Hernández, madre de la menor, en la que explicó lo sucedido, inmediatamente servicios de bomberos y personal médico llegaron al templo, donde encontraron a la menor en el suelo.
En medio de la fatídica escena, se dice que los acusados no llamaron al 911 a reportar el caso, si no hasta dos horas después de que pensaron que la menor había fallecido.
La autopsia arrojó que el resultado que la causa de muerte fue por estrangularon. Además, la hicieron vomitar, le apretaron el pecho y la espalda y por esta razón tenía lesiones en el cuello y hemorragias internas en el corazón e intestinos.
Ante esta situación, el fiscal de distrito adjunto, Rebekah Wise, indicó: “La estranguló varias veces hasta el punto en que la víctima quedó inconsciente”.
A parte de este aterrador caso, lo que generó más impacto fue un video en YouTube que subió la mamá después de la muerte de su hija, en una cuenta, bajo el nombre de Elisaa Santos, que no siente ningún arrepentimiento por el suceso, comentando “estoy muy agradecida, ya que ella ya no va a crecer en este mundo, en este mundo en el que vivimos y no sufrirá más”
“No me preocupo demasiado por eso, porque Dios conoce la verdad, y la verdad siempre sale a la luz”, dice después de ver como las personas estaban en su contra.
“Son muchas las razones por las que Dios se la llevó. ¿Y si le hubiera pasado algo, si hubiera tenido una enfermedad? Es lo que es. Tengo que ser positiva acerca de la situación. Ya sabes, como si al menos ella no estuviera sufriendo”, dice Hernández sin mostrar arrepentimiento.
De encontrarse culpable a la madre, puede pagar una pena entre 25 años y cadena perpetua.