Cumbre Trump y Kim Jong Un, ¿un giro arriesgado para China?
"Pekín desconfía de la reunión entre Trump y Kim, que potencialmente podría perjudicar los intereses chinos en la región", explican expertos.
China, que podría verse apartada de un diálogo directo entre Corea del Norte y Estados Unidos, tiene mucho que perder si es marginada de un acuerdo entre su aliado histórico y Washington, señalan analistas.
El presidente estadounidense, Donald Trump, aceptó la semana pasada la invitación del dirigente Kim Jong Un a participar en una cumbre bilateral antes de finales de mayo, principalmente con el objetivo de abordar la desnuclearización.
Ese encuentro se anuncia como histórico pero, de momento, China no está invitada a pesar de ser vecino del hermético país y su principal socio comercial y apoyo diplomático.
Es cierto, no obstante, que el tradicional entendimiento entre chinos y norcoreanos se resquebrajó ante el apoyo de Pekín a las múltiples sanciones con las que la ONU quiere poner coto al programa nuclear y balístico de Corea del Norte.
El presidente chino, Xi Jinping, saludó el viernes durante una conversación telefónica con Donald Trump "las intenciones positivas" del presidente estadounidense y pidió a Washington "dialogar lo antes posible" con Pyongyang.
"Los chinos deben mantenerse tranquilos y moderados y no pensar que China está siendo marginada", señaló en un editorial el diario chino Global Times, de corte a menudo nacionalista.
Según el periódico, "el principal interés de Pekín en la península de Corea es la desnuclearización y la paz. Eso es mucho más importante que las relaciones de China con las Coreas del Norte y del Sur y los juegos de influencias".
'Un obstáculo'
Pero el inesperado anuncio de una reunión entre Trump y Kim Jong Un tomó por sorpresa a todo el mundo, incluida China, que espera poder desempeñar un papel cada vez mayor en la escena diplomática internacional.
"Si hasta algunos miembros del equipo de Trump encargados de la seguridad nacional no estaban al tanto de este gran giro político, dudo que hubiera informado a su homólogo chino", estima Oriana Skylar Mastro, experta en relaciones sino-norcoreanas de la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos.
"La administración Trump percibe a China ante todo como un obstáculo para una solución pacífica al problema nuclear norcoreano. No tanto como un interlocutor diplomático primordial", considera.
Pekín desconfía de la reunión entre Trump y Kim, que potencialmente podría perjudicar los intereses chinos en la región, insiste el profesor Zhang Liangui, experto en cuestiones norcoreanas de la Escuela Central del Partido Comunista Chino.
"China, en su condición de vecina de Corea del Norte, sería la principal perdedora si Pyongyang continúa su puesta a punto en armamento nuclear", considera. "Se puede decir que China es la parte implicada más importante".
Pekín está en primera línea en lo que respecta a los ensayos nucleares norcoreanos, que provocan sismos que se siente con fuerza en el lado chino. Y las ambiciones militares de Pyongyang podrían aportar un pretexto a Japón, rival histórico de China, para reforzar sus armamentos.
China reclama desde hace tiempo un diálogo entre Corea del Norte y Estados Unidos, pero no prevé quedar totalmente apartada de las discusiones sobre la desnuclearización.
De hecho, solicita sin cese que se retomen las "conversaciones a seis", negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano que incluyen también a las dos Coreas, Japón, Estados Unidos y Rusia y que están suspendidas desde 2009.
"Pekín se sentiría más cómoda en un papel de mediador", abunda Wenran Jiang, investigador de la Universidad de la Columbia Británica, en Vancouver (Canadá). Para China, las seis partes deben estar asociadas al proceso de desnuclearización, insiste.
Con información de AFP