Elecciones en Francia: 200 candidatos abandonan para frenar a la derecha
El partido liderado por Marine Le Pen obtuvo una contundente victoria en la primera vuelta, capturando aproximadamente el 33% de los votos junto con sus aliados
Este martes culminó el plazo para presentar candidaturas en la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias en Francia, con una maniobra táctica por parte de numerosos candidatos de izquierda y centro para frenar al partido de extrema derecha, Agrupación Nacional (RN). A las 18:00 hora local (17:00 GMT) se cerró la inscripción de candidatos, y medios franceses informaron que entre 214 y 218 aspirantes que ocupaban el tercer puesto se retiraron de la contienda en sus distritos. Esta retirada masiva reduce significativamente las contiendas a tres bandas, limitándolas a alrededor de 108, comparado con las más de 300 inicialmente previstas.
El pasado domingo, el partido liderado por Marine Le Pen obtuvo una contundente victoria en la primera vuelta, capturando aproximadamente el 33% de los votos junto con sus aliados. Una amplia alianza de izquierda quedó en segundo lugar, seguida por los centristas del presidente Emmanuel Macron. Sin embargo, las aspiraciones del RN de alcanzar una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional de 577 escaños se ven ahora amenazadas por la estrategia unitaria de sus opositores.
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La táctica consiste en que los candidatos de centro o izquierda que quedaron en tercer lugar se retiren, permitiendo así que el voto anti-RN se concentre en un solo contendiente, facilitando la derrota del RN. El izquierdista Nuevo Frente Popular (NPF), que agrupa desde socialdemócratas de centroizquierda hasta anticapitalistas de extrema izquierda, ha instruido a sus candidatos en tercer lugar que renuncien para que un centrista pueda captar el voto anti-RN.
Este movimiento ha llevado a que el NPF apoye a destacados diputados del círculo de Macron, como la ex primera ministra Elisabeth Borne y el ministro del Interior Gérald Darmanin, en sus circunscripciones de Normandía y del norte. Asimismo, un candidato pro-Macron se retiró para favorecer al izquierdista radical François Ruffin en su enfrentamiento contra el RN en la ciudad norteña de Amiens.
Jordan Bardella, presidente del RN y candidato a primer ministro, ha criticado duramente estos acuerdos, calificándolos como una "alianza de deshonra" entre partidos que hasta ahora habían sido adversarios. Aunque Macron y el primer ministro Gabriel Attal han instado a no votar por el RN, las directrices del bloque centrista de Macron han sido menos claras que las del NPF. Figuras prominentes como el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, y el ex primer ministro Edouard Philippe, ambos de centroderecha, se han negado a emitir instrucciones para votar sistemáticamente contra el RN.
Los líderes del RN han declarado que solo intentarán formar un gobierno si logran una mayoría absoluta en la votación del domingo, rechazando la posibilidad de gobernar sin el poder suficiente para aprobar leyes. Sin embargo, el martes, Marine Le Pen sugirió que una mayoría menor podría ser aceptable si no está muy lejos del umbral de 289 escaños. En una entrevista radial, Le Pen indicó que ganar alrededor de 270 diputados permitiría al RN iniciar negociaciones con parlamentarios de otros grupos para formar una nueva mayoría.
En caso de que el RN obtenga la mayoría absoluta, el presidente Macron deberá pedir a Bardella que forme gobierno, lo que daría lugar a una tensa "cohabitación" entre dos adversarios políticos. Según la Constitución de la Quinta República Francesa, el poder pasaría del presidente al primer ministro, aunque Macron probablemente buscaría mantener el control sobre la política exterior y de defensa.
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Marine Le Pen también acusó el martes a Macron de planear un "golpe de estado administrativo" al supuestamente preparar una serie de nombramientos clave en la policía y el ejército pocos días antes de la votación. “Cuando se pretende contrarrestar los resultados de una elección nominando a personas propias para cargos públicos y eso impide que [el gobierno] pueda llevar a cabo las políticas que ha pedido el pueblo francés… yo lo llamo un golpe de Estado administrativo”, afirmó Le Pen, agregando que esperaba que solo fuera un rumor.