Filtración de planes militares pone en la cuerda floja a asesor de seguridad de Trump
Filtración de planes de guerra sacude a la administración de Trump: ¿Mike Waltz perderá su puesto por incluir a un periodista en chat grupal?.

Una filtración sin precedentes de planes de guerra de alto secreto sacudió a la administración de Donald Trump, luego de que un periodista fuera incluido accidentalmente en un chat grupal del gabinete presidencial. El error, atribuido al asesor de seguridad nacional Mike Waltz, ha generado indignación dentro de la Casa Blanca y podría costarle el puesto.
El chat grupal fue organizado para discutir un ataque inminente contra objetivos hutíes en Yemen, pero Waltz, al parecer sin darse cuenta, agregó al editor de The Atlantic, Jeffrey Goldberg. El líder de la revista confirmó la veracidad de la conversación y relató su sorpresa al recibir información confidencial sobre el operativo.
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"Tenía serias dudas de que este grupo de texto fuera real, porque no podía creer que el liderazgo de seguridad nacional de los Estados Unidos se comunicara a través de Signal sobre planes de guerra inminentes", escribió Goldberg. "Tampoco podía creer que el asesor de seguridad nacional del presidente fuera tan imprudente como para incluir al editor jefe de The Atlantic en tales discusiones".
El lunes, el presidente Trump fue cuestionado al respecto, pero aseguró que "no estaba al tanto de la violación de seguridad". Aprovechó para lanzar una crítica al medio, asegurando que "no era un gran admirador" de The Atlantic, el cual describió como "un negocio en crisis".
Reacciones y posibles consecuencias
La filtración generó un terremoto dentro de la administración. Según Politico, varios funcionarios creen que Waltz debería ser despedido por su "imprudencia", y una fuente cercana a la Casa Blanca fue tajante: "Todos en la Casa Blanca pueden estar de acuerdo en una cosa: Mike Waltz es un maldito idiota".
Un alto funcionario de la administración Trump aseguró que el futuro de Waltz es incierto. "La mitad de ellos dicen que nunca va a sobrevivir o que no debería sobrevivir", afirmó, señalando que el asesor de seguridad nacional cometió "una imprudencia" al no verificar a los participantes en el chat y al usar Signal para discutir un operativo militar.
Sin embargo, otras voces dentro del gobierno creen que Waltz podría conservar su cargo. Cuatro altos funcionarios de Trump dijeron a Axios que esperaban que siguiera en su puesto. Un asesor presidencial aseguró: "No nos importa lo que digan los medios. Podemos manejar fácilmente lo que arruinaría a cualquier otra administración. Esto se acabará".
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Otro funcionario de la Casa Blanca matizó: "A Trump ciertamente no le gustó esto. Pero todo lo que dicen sobre que Waltz no durará es simplemente prematuro".
Contradicciones dentro del gobierno
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, minimizó la controversia, negando que se hubieran compartido planes de guerra. "Nadie estaba enviando mensajes de texto con planes de guerra, y eso es todo lo que tengo que decir al respecto", declaró a los periodistas. Además, descalificó a Goldberg como "un supuesto periodista engañoso y altamente desacreditado".
Pero la Casa Blanca pareció contradecirlo más tarde. Brian Hughes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, confirmó la existencia del chat y lo describió como evidencia de la "profunda y meditada coordinación de políticas" entre altos funcionarios.
La revelación generó preocupación por la seguridad de la información dentro del gobierno, dado que el chat incluía detalles sobre los paquetes de armas, los objetivos individuales y los tiempos programados del ataque, en el que murieron más de 50 personas. Exfuncionarios del Departamento de Estado advirtieron que, de haberse filtrado más ampliamente, la información podría haber puesto en riesgo al personal militar estadounidense.
El episodio también reavivó recuerdos del escándalo de los correos electrónicos de Hillary Clinton. En el pasado, Hegseth criticó duramente a la exsecretaria de Estado por su uso de un servidor de correo privado para asuntos oficiales. La propia Clinton reaccionó con sarcasmo, republicando un artículo sobre el incidente y escribiendo: "Tienes que estar bromeando".