Fiscalía imputa a Alberto Fernández por amenazas a su expareja

El fiscal federal Ramiro González tomó una decisión significativa en la causa penal que involucra al expresidente Alberto Fernández, ampliando la imputación en su contra tras la denuncia por violencia de género presentada por Fabiola Yáñez, su expareja y ex primera dama de la nación. Inicialmente, Fernández solo estaba acusado de lesiones leves en varias ocasiones. Sin embargo, la situación cambió drásticamente después de que Yáñez prestara declaración testimonial y presentara un escrito adicional ante la fiscalía.

El resultado de este nuevo testimonio y las pruebas presentadas ha llevado al fiscal González a imputar a Fernández por delitos más graves, incluidos lesiones graves doblemente calificadas por el vínculo y perpetradas en el marco de violencia de género con abuso de poder y de autoridad. Además, se le ha atribuido la imputación por amenazas coactivas, lo que agrava aún más la situación legal del exmandatario.

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La denuncia de Yáñez ha sido contundente, y la fiscalía ha comenzado a actuar en consecuencia. Entre los pasos tomados se encuentra la citación a declaración testimonial de María Cantero, quien fuera secretaria de Fernández durante su presidencia. Según la investigación, desde el celular de Cantero, que fue peritado en el marco de una causa por presuntos hechos de corrupción, el juez Julián Ercolini logró obtener imágenes que Yáñez habría enviado como prueba de las agresiones físicas que sufrió. Estas imágenes han sido clave para respaldar las acusaciones presentadas por la ex primera dama.

Otro testigo crucial en este caso es la periodista Alicia Barrios, mencionada por Yáñez como una de las personas que estaba al tanto de las agresiones. La fiscalía también ha citado a Sofía Pacchi, quien formaba parte del personal asignado a la ex primera dama y participó en la polémica fiesta de Olivos durante la cuarentena, y al doctor Federico Saavedra, quien estuvo a cargo de la salud de Fernández, Yáñez y su hijo Francisco. Según la declaración de Yáñez, Saavedra la vio con un ojo morado y le recetó globulitos de árnica para tratar el hematoma, un hecho que ahora también es parte de la investigación.

Durante su declaración ante el fiscal González, que duró casi cuatro horas, Fabiola Yáñez brindó detalles específicos sobre los episodios de violencia que asegura haber sufrido a manos de Fernández. Ratificó todo lo denunciado en el escrito de veinte páginas que presentó desde la Embajada argentina en Madrid, bajo el patrocinio de la abogada Mariana Gallego. En ese documento, Yáñez expresó su desacuerdo con la imputación inicial de lesiones leves contra Fernández, y su testimonio ante la fiscalía llevó al fiscal González a coincidir con ella y agravar las acusaciones.

El dictamen del fiscal es contundente. En él se afirma que "los hechos objeto del proceso surgen de un relato que revela un contexto de violencia de género asentado sobre una relación asimétrica y desigual de poder que se ha desarrollado a lo largo del tiempo, la cual se vio acrecentada exponencialmente por la elección de Fernández como Presidente de la Nación y el ejercicio del cargo". Bajo esta estructura de asimetría, continúa el dictamen, "Alberto Fernández habría -como hipótesis delictiva- realizado distintos comportamientos penalmente relevantes".

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Entre los ocho hechos de violencia imputados a Fernández, uno de los más graves es el que data de 2016, cuando, según la denuncia, "Alberto Fernández obligó a Fabiola Yáñez a realizar un aborto, a través de un plan que constituyó destrato, negación de la palabra, hostigamiento y frases como 'hay que resolverlo, tenés que abortar'". El dictamen sostiene que Yáñez "se vio coaccionada por Alberto Fernández para tomar esa decisión, provocándole un daño psíquico irreparable", una situación que será clarificada a medida que avance la investigación.

La declaración de Yáñez también incluyó detalles sobre la violencia continuada que sufrió a lo largo del tiempo, incluyendo maltratos, hostigamiento, desprecio y agresiones físicas, que, según ella, "resultaban ser una constante". Estas experiencias habrían dejado "indudables secuelas de carácter psicológico", lo que refuerza la gravedad de las imputaciones.