Gobierno de Nicaragua advierte a manifestantes que "dejen de jugar con fuego"
Organizaciones humanitarias locales e internacionales han señalado que entre 322 y 448 personas han muerto en protestas contra Ortega.
El Gobierno de Nicaragua advirtió este lunes a quienes participan en manifestaciones contra el presidente Daniel Ortega que "dejen de jugar con fuego", en medio de una crisis que ha dejado cientos de muertos en manifestaciones contra el mandatario.
"Ahí andan unas campañitas ridículas en redes sociales, terrorismo, terrorismo, dejen de jugar con fuego", advirtió la primera dama y vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, a través de medios del Gobierno.
La primera dama emitió su advertencia dos días después de que cientos de personas mostraron su rechazo a Ortega en las calles de la ciudad de León, al noroeste de Nicaragua, una manifestación que fue disuelta a balazos por la Policía Nacional, según diversas fuentes, y en la que al menos 7 jóvenes fueron arrestados.
Este domingo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exigió al Estado de Nicaragua "respetar libertad de expresión y derecho a la protesta".
"El que revuelve con su lengua caerá en el mal, el que ama la transgresión, la disputa, nunca hallará el bien", dijo Murillo en su alocución.
En su último informe sobre Nicaragua, la CIDH expresó "su máxima preocupación ante la persistencia de la violencia en la represión de la protesta social, que sigue provocando muertes y heridos, y por la información sobre detenciones arbitrarias".
Organizaciones humanitarias locales e internacionales han señalado que entre 322 y 448 personas han muerto en protestas contra Ortega desde el 18 de abril pasado, de las que el presidente nicaragüense reconoce 198.
Tanto la CIDH y como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de Nicaragua de "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias", lo que Ortega ha negado.
Nicaragua atraviesa desde abril una muy grave crisis sociopolítica.
Las protestas contra Ortega y Murillo, comenzaron por unas reformas a la seguridad social, que finalmente fueron retiradas, y se convirtieron en la exigencia de que renuncie el mandatario, entre acusaciones de abuso y corrupción en su contra.