Hong Kong vive una violenta víspera de Navidad
Activistas han pedido manifestaciones sorpresivas durante los periodos de Navidad y Año Nuevo, especialmente en centros comerciales.
Violentos incidentes estallaron durante la noche del 24 de diciembre entre policías antimotines y manifestantes prodemocracia en un centro comercial de Hong Kong.
Los numerosos centros comerciales han sido escenario de manifestaciones cada vez más violentas desde el comienzo hace seis meses del movimiento de protesta que ha sacudido al territorio autónomo.
Los sitios web utilizados por los activistas más radicales han pedido manifestaciones sorpresivas durante los periodos de Navidad y Año Nuevo, especialmente en áreas comerciales.
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En respuesta a esa convocatoria, cientos de activistas vestidos de negro se reunieron en Harbor City este martes coreando consignas.
La situación se agravó cuando los manifestantes descubrieron policías vestidos de civil, a los cuales comenzaron a arrojarles objetos mientras se burlaban de ellos.
La policía antidisturbios intervino para disolver a los manifestantes a bastonazos y con gas pimienta, mientras los comerciantes cerraban precipitadamente sus tiendas.
Incidentes similares ocurrieron este martes en al menos otros tres lugares de Hong Kong, donde vive una gran comunidad cristiana y la noche de Navidad es tradicionalmente muy animada en bares y otras tiendas.
Pero este año, las autoridades decidieron suspender la tradicional transformación de arterias céntricas en calles peatonales por temor a disturbios.
La excolonia británica ha atravesado los últimos meses su crisis más grave desde su retrocesión a China en 1997, con gigantescas manifestaciones, con frecuencia derivadas en choques con la policía, para exigir el mantenimiento de libertades individuales.
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A principios de diciembre, unos 800.000 manifestantes, según los organizadores (183.000 según la policía) marcharon sin incidentes notables y los organizadores pidieron autorización para repetirla el 1 de enero.
El movimiento nació como oposición a un proyecto de ley destinado a autorizar extradiciones a China continental. El ejecutivo local pro Pekín ha renunciado al plan, pero los manifestantes han ampliado sus demandas de elecciones libres y más democracia.
El movimiento tuvo un impacto en el turismo y la economía del centro financiero entró en recesión.