Incendio de Notre Dame hace que los católicos lloren un símbolo de su fe
Desde mañana se iniciará una colecta mundial para reconstruir la Catedral.
Con el incendio que desfiguró Notre Dame de París, los católicos de Francia lloran una de sus más bellas catedrales, a la vez un "símbolo vivo" de su fe, un lugar de "reconciliación" con otras culturas y con los no creyentes, y una parte de la historia de Francia.
Mientras las llamas seguían arrasando la construcción la noche del lunes, el Vaticano expresó su "incredulidad y tristeza" por lo ocurrido en este "símbolo de la cristiandad, en Francia y en el mundo".
"Va a ser una gran pérdida, una gran herida", declaró Eric de Moulins-Beaufort, presidente de la Conferencia Episcopal de Francia (CEF) en su cuenta de Twitter. La catedral "forma parte de los símbolos de los esfuerzos de paz, de belleza, de esperanza, de fe e incluso más allá de la fe cristiana", dijo.
En su opinión, se necesitarán "años de trabajos" para reconstruirla.
"Es un lugar simbólico para los católicos no solo en París, sino también en el mundo", insistió Vincent Neymon, portavoz de la CEF. A unos días del fin de semana de Pascua, en plena Semana Santa, "está ardiendo un símbolo de la historia y un punto importante de la fe católica".
Neymon recuerda que en "el interior hay cuadros, estatuas y un preciado mobiliario litúrgico de gran valor para los católicos". "También está el tesoro. Un lugar en el que hay cosas preciadas veneradas, como las espinas de la corona de Cristo", esta y la túnica de San Luis se "salvaron", según monseñor Patrick Chauvet, rector de la catedral.
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El obispo de París, monseñor Aupetit, quien lamentó ver "la estructura, el techado y la flecha [...] consumidos", pidió que repicaran las campanas de las iglesias.
La noche del lunes, algunos de los parisinos que observaban atónitos el edificio en llamas se arrodillaron en la acera para rezar y recitar el avemaría. En diferentes iglesias se celebraron oficios, como en la basílica del Sagrado Corazón de Paris.
Más allá de su dimensión espiritual, Notre Dame tiene "una dimensión simbólica muy fuerte, histórica y cultural, que afecta a todos los franceses", destacó Stanislas Lalanne, obispo de Pontoise, dentro de la región parisina.
Notre Dame
Lugar único
Notre Dame de París "es nuestra historia, nuestra literatura, nuestro imaginario, el lugar en el que vivimos todos nuestros grandes momentos", declaró el presidente francés, Emmanuel Macron, quien acudió al lugar. "Reconstruiremos Notre Dame", aseguró.
"Esto supera de lejos a los católicos, Notre Dame es la historia de Francia", resumió Jean-Louis Schlegel, sociólogo de las religiones. "Ahí, el general De Gaulle celebró la Liberación de París y Napoleón se coronó. Hubo misas por la muerte de los presidentes Charles de Gaulle, Georges Pompidou e incluso François Mitterrand", recordó.
"Todos los jefes de Estado que vienen a París por primera vez visitan la catedral", el monumento más visitado de Europa, señaló.
"En los últimos años, para los acontecimientos trágicos, como los atentados o las grandes tragedias, hubo misas en Notre Dame, que representa un lugar de reconciliación para los católicos, pero también para los otros cultos y los no creyentes", añadió. "Creyentes y no creyentes pueden encontrarse ahí en los momentos importantes de la historia de nuestro país", insistió la Conferencia Episcopal.
"En esta catedral tuvieron lugar muchos acontecimientos para la Historia de Francia", afirmó por su parte Olivier Bobineau, igualmente sociólogo de religiones. Es un "lugar único en la historia del mundo, Notre Dame encarna el patrimonio, la cultura, la sabiduría, la filosofía... y la República Francesa no puede prescindir de esta historia".
"Es el símbolo de la historia de Francia en su excelencia", consideró.
La Fundación del Patrimonio, que defiende la protección de los monumentos históricos, anunció que el martes lanzará una "recolecta nacional" para la reconstrucción de esta joya de la arquitectura.
El gran rabino de Francia, Him Korsia, también expresó su "apoyo" ante estas "tristes imágenes de la catedral", en tanto que Dalil Boubakeur, rector de la Mezquita de París, lamentó el "espectáculo terriblemente desolador del incendio".