Intruso entró al palacio de Buckingham mientras la reina Isabel dormía
El hombre no llevaba armas y el incidente no fue considerado como terrorista.
Un hombre fue detenido el miércoles de madrugada por subirse las vallas del palacio de Buckingham, la residencia oficial de la reina Isabel II en Londres, indicó este jueves la policía.
"Un hombre de 22 años fue detenido hacia el miércoles 10 de julio después de que se subiera a las vallas de entrada de Buckingham Palace", indicó un portavoz de Scotland Yard en un comunicado.
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El hombre no llevaba armas y el incidente no está considerado como terrorista, indicó la policía.
El intruso sigue detenido en una comisaría de Londres.
La reina estaba en el palacio en el momento del incidente, indicó por su parte un portavoz de Buckingham Palace.
Según el periódico The Sun, el intruso pudo deambular en la hierba del palacio durante varios minutos antes de que le detuvieran.
El año pasado una persona sin domicilio fijo fue hallada dormida en el parque.
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La intrusión es un golpe devastador para la seguridad del palacio, teniendo en cuenta que situaciones similares se han presentado en otras ocasiones.
El más famoso se produjo el 9 de julio de 1982 en horas de la mañana, cuando un obrero desempleado y con esquizofrenia escaló las paredes y entró en el dormitorio de la reina.
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Cuando hombre de 31 años comenzó a contarle a la monarca los problemas de su familia, ella presionó el botón de pánico junto a su cama, pero no obtuvo respuesta. Luego llamó por teléfono a la central del palacio, pero la operadora pensó que era otro miembro del personal que estaba bromeando y respondió: "Sí, querida, tú eres la reina, ¡enviaremos a alguien!"
El intruso dominado por la euforia del momento partió un cenicero de vidrio y amenazó con cortarse las muñecas frente a la reina. Pero, por fin alguien llegó a salvar a Isabel del tan desagradable momento.
Se trató de su ayudante personal Paul Whybrew, quien todavía es su empleado. El asistente escuchó unos ruidos raros que provenían de la habitación de la reina y sin pensarlo ingresó en ella. Al ver al extraño al pie de la cama de su majestad, se acercó con precaución y comenzó a hablar con él.
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Después de unos minutos le ofreció una bebida y lo convenció de salir de la habitación, una vez afuera llamó a la guardia Real y a la policía.