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La guerra en Medio Oriente continúa en uno de sus puntos más álgidos sin que los intentos internacionales para frenar las confrontaciones hayan tenido éxito. En las últimas horas un soldado libanés murió y otros 18 resultaron heridos tras ataque israelí contra un cuartel del Ejército de Líbano al sur del país.
"El ataque del enemigo hoy contra un cuartel del Ejército en el sur (...) representa un mensaje sangriento de rechazo directo de todos los intentos y comunicaciones actuales para alcanzar un alto el fuego", aseveró el primer ministro de Líbano, Najib Mikati en un comunicado, sobre los esfuerzos para lograr una tregua entre el gobierno de Benjamin Netanyahu y Hezbolá.
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En esta jornada, el representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, instó en Beirut a presionar a Israel y al grupo chií libanés Hizbulá para que concluyan un acuerdo de alto el fuego. Borrell confirmó que el Estado judío todavía no se ha referido a la última propuesta estadounidense.
"Debemos presionar al Gobierno israelí y mantener la presión sobre Hizbulá para que acepten la propuesta de alto el fuego de Estados Unidos", aseguró el funcionario europeo a periodistas.
El Ejército israelí expresó su "arrepentimiento" en un comunicado sobre el ataque (que dejó 18 uniformados heridos) y agregó que "el incidente ocurrió en un área de operaciones activas de combate" contra Hezbolá. De otro lado, acusó a la milicia proiraní de lanzar unos 160 proyectiles hacia Israel, algunos de los cuales fueron interceptados.
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Estos fueron disparados "por la organización terrorista Hezbolá". Ese hecho, de acuerdo con las autoridades sanitarias, se saldó con varias personas lesionadas y una de ellas se encuentra 'bastante grave'.
