Migración de venezolanos tiene a cerca de un millón de niños separados de sus padres
Abuelos se convierten en cuidadores ante la crisis económica que obliga la emigración de los padres.
La crisis venezolana ha provocado que muchas personas busquen mejoras para sus familias en otras ciudades o países, a veces sin importar lo que dejan atrás, incluyendo hijos.
Es la consecuencia que hoy viven 943.117 niños venezolanos que han visto como, al menos, uno de sus padres se va del hogar o, en el peor de los casos, quedan bajo el cuidado de terceros.
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Las cifras están plasmadas en el reciente estudio del Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), una organización dedicada a la defensa de los Derechos Humanos de niños y adolescentes de Venezuela.
Destaca que, al cierre de octubre de 2019, se han registrado al menos 81.000 niños más que viven con uno de sus padres o con algún familiar, lo que representa un incremento de casi 10% en comparación al año 2018.“Uno de cada cinco migrantes deja por lo menos un niño atrás”, resaltó Abel Saraiba, coordinador de Cecodap.
Puntualizó que la situación es “un problema de dimensión nacional que no solo define a la Venezuela que somos hoy, sino la que seremos dentro de 30 años”.
Saraiba también señala que la cantidad de niños afectados representa el 10% de la población infantil que tiene Venezuela. “Es como si la población de 25.000 salones de clases estuviese afectada”, enfatizó.
Según el estudio, los abuelos son los principales cuidadores en más de 51 % de los casos. Las madres representan el 41,2 %, mientras que los tíos y hermanos mayores llegan al 9,8 %.
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El representante de la organización venezolana además muestró su preocupación porque alrededor de 78,4 % de los niños afectados, presenta algún cambio de su conducta regular y necesita asesoría psicológica, pero calcula que solo un poco más de 11% la que la recibe.
También destaca que por lo menos el 88,2 % de los padres que migraron, reportan enviar remesas para cubrir la manutención de los niños, con un promedio entre 10 y 50 dólares mensuales.
“A pesar de que las remesas pueden ser el sostén del grupo familiar, no resuelven totalmente las necesidades”, concluyó Saraiba.