Papa Francisco hace un llamado a la paz entre Estados Unidos e Irán
El sumo pontífice lamentó "las desigualdades" y "la corrupción endémica" en Latinoamérica.
El papa Francisco constató que "desgraciadamente" el inicio del año está marcado por una "intensificación de las tensiones y la violencia" y mostró su preocupación por las señales que llegan desde Oriente Medio después del aumento de la tensión entre Irán y Estados Unidos y que amenazan con "crear las bases de un conflicto a mayor escala".
El papa se refirió a ello este jueves durante el tradicional encuentro de principios de año con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede y que sirve para hacer una balance del año anterior y denunciar los conflictos y desigualdades en el mundo.
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Para Francisco estas tensiones están "poniendo en riesgo ante todo el lento proceso de reconstrucción de Irak" y denunció que pueden "crear las bases de un conflicto a mayor escala que todos desearíamos poder evitar".
Ante ello, renovó su llamado para que todas las partes interesadas "eviten el aumento de la confrontación y mantengan encendida la llama del diálogo y del autocontrol, en el pleno respeto de la legalidad internacional".
Ante los embajadores de los 183 países con los que el Vaticano mantiene relaciones, Francisco afirmó que "desgraciadamente, el Año Nuevo no parece estar marcado por signos alentadores, sino por una intensificación de las tensiones y la violencia".
Crisis política en América Latina
El papa Francisco reconoció su "preocupación por la multiplicación" de las crisis políticas en América Latina, y lamentó "las desigualdades" y "la corrupción endémica" en la región, durante su tradicional discurso este jueves en el Vaticano al cuerpo diplomático con ocasión del nuevo año.
"Los conflictos de la región americana, aun cuando tienen raíces diferentes, están acomunados por profundas desigualdades, por injusticias y por la corrupción endémica, así como por las diversas formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas", dijo ante los más de cien embajadores y representantes acreditados ante la Santa Sede.
Francisco lamentó las polarizaciones, "cada vez más fuertes, que no ayudan a resolver los auténticos y urgentes problemas de los ciudadanos, sobre todo de los más pobres y vulnerables", explicó.
El líder de la Iglesia católica aprovechó la ocasión para condenar cualquier tipo de violencia "que por ningún motivo puede ser adoptada como instrumento para afrontar las cuestiones políticas y sociales", recalcó.
"Es necesario que los líderes políticos se esfuercen por restablecer con urgencia una cultura del diálogo para el bien común y para reforzar las instituciones democráticas y promover el respeto del estado de derecho, con el fin de prevenir las desviaciones antidemocráticas, populitas y extremistas", dijo.
Francisco recordó de nuevo la grave crisis política y social que atraviesa Venezuela y volvió a pedir que no cese el compromiso por "la búsqueda de soluciones" para ese país.
El papa se refirió también al Sínodo para la Amazonía celebrado en octubre pasado en el Vaticano y a la necesidad de proteger lo que suele llamar "la casa común" y la búsqueda de un desarrollo "sostenible e integral" que no devaste al planeta.
"Lamentablemente, la urgencia de esta conversión ecológica parece no ser acogida por la política internacional, cuya respuesta a las problemáticas planteadas por cuestiones globales, como la del cambio climático, es todavía muy débil y fuente de gran preocupación", lamentó.
Crisis en el mundo
El pontífice recordó además "la urgencia de que la comunidad internacional entera, con valentía y sinceridad, y en el respeto del derecho internacional, confirme de nuevo su compromiso de sostener el proceso de paz israelí-palestino".
Denunció lo que calificó como "el manto de silencio que intenta cubrir la guerra que ha destruido Siria durante este decenio"
También mencionó el conflicto en Yemen y el sufrimiento de su población y consideró "necesario recordar que en el mundo hay varios miles de personas, con legítimas peticiones de asilo y necesidades humanitarias y de protección probada, que no son identificadas adecuadamente".
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"Muchas arriesgan su vida en viajes peligrosos por tierra y sobre todo por mar. Se continúa constatando con dolor que el mar Mediterráneo sigue siendo un gran cementerio" y ante ello señaló que "cada vez más urgente que todos los Estados se hagan cargo de la responsabilidad de encontrar soluciones duraderas".
Reiteró el mensaje que lanzó durante su visita a Japón en el que un mundo "sin armas nucleares es posible y necesario" y que "es preciso que quienes tienen responsabilidades políticas tomen plena conciencia de esto".